Estudiar la vida acuática para preservarla

Dia uno
Dia uno

Hace aproximadamente nueve años, César Gabriel Schmitke se sumergió al universo del acuarismo. Primero como un pasatiempo pero luego, el interés por conocer la fauna íctica de Misiones “creció y evolucionó”.

Todo pasó cuando emprendía el armado de acuarios de biotopo: “Esto me llevó al estudio de nuestros arroyos y ríos”, señaló a PRIMERA EDICIÓN el joven acuarista residente en Aristóbulo del Valle.

La necesidad de aprender sobre el comportamiento de los peces y su entorno lo inquietaban y “tratando de imitar sus biotopos; se abrieron las puertas de un mundo acuático, lleno de vida y paisajes poco conocidos”.

Desde ese momento comenzó a estudiar los arroyos y ríos de Misiones. Y principalmente, los comportamientos de los peces que habitan las aguas de nuestra provincia. “Todo esto me llevó a fotografiar y realizar videos de peces en su ambiente natural”, detalló.

A su vez, en cada recorrida acuática relevó el estado de nuestras aguas y expresó: “Es común encontrar, y cada vez con más frecuencia, residuos dentro del cauce, como ser bolsas plásticas, latas, telas, chatarras, restos metálicos”.

Ante esta problemática, consideró que “mucho de esto se puede corregir realizando concientización y sobre todo incluir en las escuelas una educación ambiental contextualizada, destacando la importancia del cuidado de nuestros arroyos, la gran cantidad de especies endémicas con las que cuentan”.

Un viaje sin tiempo

No hay días ni horarios para Gabriel Schmitke, su pasión es bucear en busca de saberes. “Estoy sumergido por horas sin darme cuenta del tiempo y la cantidad de metros que recorrí”, explicó.

Al momento de fotografiar es muy importante tener conocimiento de las especies: “Su comportamiento y relaciones para lograr encontrar a los peces. Estos varían en presencia durante el día o la noche. Realmente es una pasión que, con cada salida, cada arroyo visitado, te vas adentrando más y más a un mundo lleno de vida y paisajes increíbles”.

Desde hace unos meses, el acuarista documenta los viajes que realiza “me equipé con los dispositivos adecuados hace algunos meses”. En cada visita a un cauce, “encontré peces, en algunos más y en otros menos. Siempre coincide que en los arroyos donde hay pocos peces hay mucha deforestación, plantaciones de tabaco, pinos o viviendas”.

En busca de cambiar hábitos, dicta clases y en ellas “converso con los estudiantes a los que les gusta la pesca, interactúo sobre las especies que conocen, también les muestro fotos, videos, menciono los nombres científicos, y así me demuestran su admiración por ese arroyo que visitan para divertirse y el que se dan cuenta que alberga increíbles ejemplares ícticos”.

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