Orgasmos femeninos vs orgasmos masculinos: cómo alcanzarlos de la mejor manera

Dia uno
Dia uno

Habrás escuchado o leído alguna vez acerca de los tipos de orgasmo femenino. La rivalidad popularmente más extendida responde al orgasmo vaginal vs el orgasmo clitoridiano. Fue Sigmund Freud, hace más de cien años, quien dijo que la mujer debía transferir su placer sexual desde el clítoris hacia la vagina y que el orgasmo vaginal la hacia a ésta más madura. Como si la forma de sentir el orgasmo hablara del carácter de las personas. Luego hemos seguido fragmentando el placer refiriéndonos al orgasmo de senos, anal, del punto g, múltiple, etc.

Curiosamente es difícil que encontremos con el mismo entusiasmo notas y artículos que hablen de los tipos de orgasmo masculino. Lo cierto es que cuando hablamos de orgasmo hablamos de un mismo proceso en todas las personas, por lo cual no tiene mucho sentido categorizar en tipos ni ponerle género.

El orgasmo es un estado subjetivo de placer posterior a una acumulación de tensión sexual y que produce un estado de relajación y bienestar. Sucede principalmente a nivel cerebral. El orgasmo puede responder a la estimulación genital como a la estimulación de las piernas, del cuello, de los pechos, de las orejas, de la mente e incluso sin contacto físico. Puede suceder durante la masturbación o durante el sexo con un otro como también puede darse en momentos no eróticos. Se pueden tener orgasmos al dormir, meditar o durante el ejercicio físico (especialmente realizando abdominales y elevando las piernas).

A algunas personas les es difícil reconocer su propio orgasmo. Una de las cosas que nos puede estar dificultando este reconocimiento tiene que ver con las altas expectativas que depositamos en lo que consiste la experiencia. Otra de las cuestiones que pueden estar obturando la percepción orgásmica es la desconexión y/o falta de reconocimiento de las sensaciones. Quizá a tu cuerpo le está pasando, pero tu cabeza está pensando en que algo más tiene que pasar o en que vos no llegás porque “estás fallada” o tenés un problema.

Durante el orgasmo podemos sentir, a nivel de la pelvis, un incremento de la excitación: se hincha, se moja, palpita, sentís como puntadas. Puede aparecer una sensación de cosquilleo o tensión general, luego puede producirse algún tipo de contracción y una sensación posterior de que no querés continuar. Puede aparecer satisfacción o no, puede haber molestia e incluso dolor posterior si se sigue estimulando. Y no necesariamente después de un orgasmo te invada una sensación de felicidad suprema, hay personas que pueden sentir un bajón anímico luego del orgasmo.

Orgasmear es una experiencia diferente en cada persona e incluso en esa misma persona en diferentes momentos de su vida. No todos los orgasmos se dan con la misma intensidad sino que son variables. Esos cambios en la percepción del orgasmo tienen que ver con:

– La excitación previa (cuanto más excitados estemos y mayor sea el tiempo que dure esa excitación, es probable que el orgasmo sea más intenso)

– La novedad del estímulo

– Los sentidos que involucremos las vías nerviosas de estimulación.

El orgasmo puede responder a la estimulación genital como a la estimulación de las piernas, del cuello, de los pechos, de las orejas, de la mente e incluso sin contacto físico (Shutterstock.com)

Sobre las vías nerviosas de estimulación, los genitales están inervados por diferentes vías que envían señales aferentes al sistema nervioso central. El clítoris y el área perigenital están inervados por el nervio pudendo, mientras que la vagina manda sus impulsos principalmente por el nervio pélvico. El cuello del útero (cérvix) envía sus señales por el nervio pélvico, el hipogástrico y el vago.

En el hombre, los nervios pudendos transportan los impulsos nerviosos desde la piel del pene y del escroto, y los nervios hipogástricos lo hacen desde los testículos y la próstata. Esto explica por qué existen diferentes sensaciones o podemos notar variación en la percepción orgásmica según la estimulación de cada parte de nuestro cuerpo.

Es decir que el orgasmo puede variar en sensación e intensidad cuando estimulamos diferentes zonas. Por eso la única diferencia entre un “orgasmo clitoridiano y uno vaginal” tiene que ver con la vía de nervios aferentes que llegan al cerebro. Pero se trata del mismo proceso: el orgasmo. Cuantas más zonas nerviosas estimulemos (clítoris, vagina, ano, pene testículos, próstata), mayor será la intensidad en las sensaciones.

Es por eso que no hay diferentes tipos, sino diferentes maneras de lograrlo. Los orgasmos no tienen jerarquía, ni hablan de un tipo de personalidad, ni tiene sentido debatir por una forma u otra de orgasmear. Lo más importante es reconocer tus propias sensaciones y permitirte disfrutar de tus orgasmos de la manera en que sean.

Fuente: Infobae

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