Quiénes son los seis candidatos en busca del balotaje por la presidencia de Perú

Dia uno
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Perú celebrará este domingo elecciones generales con la única certeza de que la Presidencia se resolverá en segunda vuelta, dentro de dos meses, y con la incógnita sin precedentes de quiénes competirán en el balotaje, para el que las últimas encuestas de intención de voto mostraron en carrera a entre seis y siete candidatos de los 18 que se postulan.

La siguientes son las semblanzas de los principales candidatos:

Yonhy Lescano

 

Abogado y actual congresista del partido centrista Acción Popular (AP), de 62 años, está primero en intención de voto en tres de las cuatro principales encuestas (con 12,1% según Datum, 11,1% según CPI y 10% según Ipsos) y cuarto en la del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), con 8,2%.

Llega a los comicios arrastrando una denuncia por acoso sexual y el peso que significa que una hermana suya haya sido condenada a 16 años de prisión por sus relaciones con la guerrilla.

En la campaña, en medio de declaraciones sobre corrupción, inestabilidad institucional y recrudecimiento de la pandemia, sorprendió al afirmar que la Covid-19 se puede tratar con sal y «cañazo» (aguardiente de caña de azúcar), una receta que no tiene ningún sustento científico pero logró que se hablara, bien o mal, del candidato.

Como representante de un espacio de centro encontró las maneras de trascender y «golpear» políticamente a los más poderosos -el histórico Partido Aprista Peruano (PAP, liderado por entonces por el malogrado Alan García) y el fujimorismo- y también mostró reflejos cuando acompañó en 2019 el cierre del Congreso ordenado por el entonces presidente Martín Vizcarra, interpretando el amplio rechazo popular que el Congreso despertaba en la mayoría de la población.

Keiko Fujimori

 

Graduada en administración de empresas y excongresista, de 45 años, lidera Fuerza Popular (FP), el partido que recoge el ideario populista de derecha de su padre, el polémico expresidente preso Alberto Fujimori.

Está primera en una encuesta (la del IEP, igualada con el economista liberal Hernando de Soto con 9,8%), segunda en dos (Datum y CPI, en ambas con 7,9%) y cuarta en la de Ipsos, empatada con el exfutbolista George Forsyth, con 8%.

Llega a esta elección en una muy delicada situación procesal en la causa en la que se la investiga por lavado de activos y después de haber perdido ajustadamente en segunda vuelta las dos últimas presidenciales: en 2011, ante Ollanta Humala, y en 2016, frente a Pedro Pablo Kuczynski.

Hace cinco años, sin embargo, la mayoría absoluta del FP en el Congreso unicameral se licuó por una ruptura con su hermano y también dirigente Kenji Fujimori.

Ese fue el principio del fin del poder de Keiko como principal opositora. En 2018 quedó presa en medio de la fiebre punitiva a líderes en toda la región por la investigación del Lava Jato, fue liberada a fines de 2019 y vuelta a prisión en enero de 2020, y en abril fue beneficiada por una orden de libertad de una sala de apelaciones, que rige hasta la actualidad.

Hernando de Soto

Economista liberal de 79 años, es el de mejor desempeño en los sondeos en las últimas semanas, en los que figura primero junto a Keiko Fujimori con 9,8% según el IEP, segundo junto a la candidata de izquierda Verónika Mendoza con 9% según Ipsos, tercero con 7,8% según CPI y quinto con 6,5% según Datum.

Con un perfil mucho más técnico e intelectual que el resto, se afilió el año pasado a Avanza País (AP), un partido que se reivindica liberal pero en 2006 postuló a la Presidencia al nacionalista Ulises Humala, hermano del después presidente Ollanta Humala.

No obstante, no ha sido ajeno a la política. En la década de los 90 asesoró al presidente Alberto Fujimori y fue uno de los responsables del shock que terminó con la hiperinflación y sentó las bases del crecimiento que el país mantendría luego por dos décadas y que se interrumpieron el año pasado, a causa de la pandemia de coronavirus.

Especializado en el estudio de la economía informal, preside el Instituto Libertad y Democracia (ILD), un grupo de expertos dedicado a promover la evolución de los países en desarrollo y asesoró a más de 30 presidentes extranjeros, entre ellos los estadounidenses Ronald Reagan y Bill Clinton, el ruso Vladimir Putin y el francés Emmanuel Macron, y la primera ministra británica Margaret Thatcher.

Verónika Mendoza

 

Psicóloga, antropóloga y excongresista, de 40 años, está segunda junto a Del Soto con 9% en la encuesta de Ipsos, cuarta con 7,3% en la de CPI, quinta con 7,3% en la del IEP y sexta con 5,7% en la de Datum.

Se inició como militante política en 2007, en el Partido Nacionalista Peruano (PNP) de Humala, por el que llegó al Congreso en 2011. Renunció un año después, tras haber sido responsabilizada por su líder partidario y entonces presidente de haber incitado unas protestas contra un emprendimiento minero.

Se incorporó entonces a la fuerza de izquierda Frente Amplio, por la que fue candidata a la Presidencia en 2016 y resultó tercera a poco más de dos puntos de Kuczynski, que entró al balotaje y resultaría electo.

A fines de 2017 fundó su partido Nuevo Perú (NP), que preside y por el que se postula ahora, y que se reivindica progresista, socialista, feminista y antifujimorista.

A mediados de 2019 fue la única representante de Perú entre los más de 30 fundadores del Grupo de Puebla, el foro de la izquierda iberoamericana que integran, entre otros, los presidentes de la Argentina, Alberto Fernández, y Bolivia, Luis Arce.

Rafael López Aliaga

 

Ingeniero y empresario -accionista del Ferrocarril Trasandino y de la operadora hotelera Perú Belmond-, de 60 años, figura tercero con 8,4% según el IEP y empatado con Forsyth con 7,2% según Datum, quinto con 7% según CPI y sexto junto al izquierdista Pedro Castillo con 6% según Ipsos.

Preside Renovación Popular (RP), un partido creado a fines del año pasado para suceder a Solidaridad Nacional, la agrupación de derecha que se disolvió tras perder la personería política.

«Soy miembro del Opus Dei a mucha honra, pero no impongo mi vida a nadie», afirmó en febrero pasado en una entrevista en la que relató que practica el celibato y la mortificación como parte de su fe religiosa y que su «placer máximo» es «la eucaristía».

Pese a ello, aseguró que si llega al Gobierno respetará el carácter laico del Estado peruano y subrayó que a una persona transexual «la pondría de ministra si es la mejor».

En la campaña se llamó a sí mismo «el Bolsonaro peruano» (por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro) y postuló «expulsar a los venezolanos» residentes.

En 2001 estuvo involucrado en una investigación del Congreso que incluyó a su firma financiera Peruval Corp en un caso de venta de acciones y presunta evasión de impuestos, y en 2016 fue mencionado por el informe Panamá Papers por supuesto lavado de activos.

George Forsyth

 

Al revés de De Soto, Forsyth -exfutbolista y exalcalde del distrito limeño La Victoria, de 38 años- es quien más cayó en las últimas semanas en los sondeos tras encabezarlos durante meses, y llega a las elecciones tercero junto a López Aliaga con 7,2% según Datum, cuarto junto a Keiko Fujimori con 8% según Ipsos, sexto con 6,8% según CPI y séptimo con 5,7% según el IEP.

Nacido en Caracas pero hijo de un diplomático peruano y una Miss Chile, futbolista infantil en Alemania primero y en su país por adopción, Perú, como profesional después, este centroderechista asoma entre los candidatos como uno de los menos encasillados en el molde político tradicional y no escapa a denuncias por maltrato de su exmujer, la actriz Vanesa Terkes.

Arquero del popular Alianza Lima y de equipos de Alemania e Italia y de los seleccionados juvenil y mayor de Perú, cuando abandonó los guantes comenzó su carrera política en La Victoria, hasta que en 2018 se consagró alcalde y alcanzó popularidad con algunas políticas que despertaron polémica, como la de combatir el comercio informal en un país que tiene altos índices de actividad económica no registrada.

A fines de 2019 pasó tres meses entrenando para ser reservista del Ejército y en octubre de 2020 renunció a la alcaldía y anunció su intención de ser un candidato «anticorrupción» a la Presidencia.

Forsyth no pudo concretar la última semana presencial de campaña porque dio positivo para coronavirus, y convirtió su suerte en un postulado electoral contra la gestión sanitaria.

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