Tiene 98 años, es médico y sigue atendiendo pacientes en plena pandemia

Dia uno
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A los 98 años, Christian Chenay es el médico en actividad de mayor edad en Francia. Y ni siquiera la pandemia de coronavirus puede con la dedicación que muestra hacia sus pacientes. Está determinado a seguir ejerciendo la profesión que ejerce desde hace siete décadas.

Por seguridad, decidió cerrar su consultorio al público y atiende por teléfono o computadora a sus pacientes. “No tenía protección. Si lo hubiera mantenido abierto, habría sido un semillero de infecciones«, sostuvo en una entrevista con la agencia de noticias Reuters.

Por su edad, Chenay pertenece al grupo de riesgo, y de hecho cree que pudo haberse contagiado de coronavirus ya que tuvo síntomas. Entonces, se aisló durante los catorce días reglamentarios y luego volvió al trabajo.

Chenay vive desde 1951 en Chevilly-Larue, un suburbio de París donde, según aseguró en una entrevista con un la radio France Bleu, antes había doce médicos por 12.00 habitantes, y «ahora hay 19.000 y solo quedamos tres«.

En su ciudad, quedan solo tres médicos. (Foto: REUTERS/Gonzalo Fuentes).

Muchos de sus pacientes los conocen de toda la vida, y atiende a varias personas con bajos recursos.

«Tengo el 30% de las facturas impagadas en mis consultas, puedo permitírmelo porque también tengo una pensión de médico y de profesor», dijo Chenay.

Chenay es el médico en actividad de mayor edad de Francia. (Foto: REUTERS/Gonzalo Fuentes).

El médico dijo sentirse frustrado por la poca preparación que tuvo Francia para afrontar esta pandemia, y como muchos ancianos que conocieron la Segunda Guerra mundial, no entiende cómo es que una potencia occidental tiene tantas dificultades para cuidar a sus enfermos en tiempos de paz.

«Uno se siente impotente», dijo. «No hay tratamientos, tampoco tenemos forma de saber quién está enfermo y quién no, y no podemos aislar a los pacientes».

¿El secreto de su longevidad? La actividad intelectual, asegura. Acaba de escribir dos libros y estima trabajar unas 60 horas por semana, entre la lectura de revistas médicas, la atención a pacientes y la administración de su consultorio.

«Es una persona extraordinaria con su edad, su lucidez, su alegría de vivir, lo cual es excepcional en su avanzada edad», expresó una vecino que lo conoce hace décadas.

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