Un apellido asociado a un teorema que mide la chance de llegar al poder

Dia uno
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La muerte este domingo del dirigente radical de Mendoza Raúl Baglini reactualizó el debate sobre el ‘teorema’ que lleva su nombre, popular en el ambiente político, que postula la adopción de definiciones de mayor moderación -lo que algunos definen como ‘racionalidad’- programática a medida que se incrementan las chances de acceder al poder.

El llamado teorema de Baglini fue, así, una creación del propio dirigente alfonsinista que se popularizó a mediados de los años ’80, cuando el entonces legislador radical buscaba replicar los cuestionamientos que recibía la gestión de Raúl Alfonsín, sobre todo en materia económica.

El propio Baglini comentó hace más de un año que la motivación inicial de su ocurrencia fue apelar a la ironía para «mostrar las barbaridades que se decían» durante la discusión parlamentaria del presupuesto de 1986, cuando desde la oposición parlamentaria y la CGT encabezada por Saúl Ubaldini discutían «si había que declarar o no la moratoria» respecto del pago de la deuda externa.

En aquellos años, recordó Baglini, las columnas sindicales que movilizaba la CGT coreaban la consigna «ay, patria mía, quiero un presidente como Alan García (entonces mandatario del Perú)», para exigir que el Gobierno de Alfonsín adoptara una política más dura con el FMI.

«Le daban tachín tachín del no pago de la deuda. Ahí fue que dije lo del teorema, que dice que las propuestas más extremas se transforman en racionales conforme uno se va acercando al poder», dijo Baglini a fines de 2019 en una entrevista concedida al diario Clarín.

El legislador de la UCR, que falleció este domingo a sus 71 años, contó que empezó a utilizar la expresión ‘teorema’ para su hipótesis sobre el realismo político a partir de una recomendación de su esposa, profesora de matemática y de física, que lo había instado a utilizar el procedimiento científico de «hipótesis, tesis y demostración».

A medida que la apelación al ‘teorema de Baglini’ se extendía por el ambiente político, su autor se mostraba cada vez más convencido de su utilidad.

«Es una observación de la realidad y se aplica en todos lados, es universal», llegó a decir.

Sin embargo, la titular de la Coalición Cívica Elisa Carrió, que compartió con Baglini el origen partidario en el radicalismo, cuestionó la máxima del mendocino y la calificó como «una norma inmoral», según relató el propio dirigente y exlegislador de la UCR.

Por otro lado, analistas y actores políticos de la historia argentina reciente cuestionaron la supuesta validez universal de la invención de Baglini y la definieron como una mera hipótesis, «que en algunos casos se ha cumplido y en otros no tanto».

Según estas opiniones, no necesariamente un dirigente político adopta posturas más ‘conservadoras’ o ‘racionales’ cuando se percibe con chances reales de acceder al gobierno.

«El teorema de Baglini es una inteligente construcción del propio Baglini, una hipótesis personal sobre el poder y el político. No significa que sea una ley que pueda aplicar en todos los casos», aseguró el especialista en opinión pública Ricardo Rouvier.

«Néstor Kirchner, por ejemplo, cambia a partir de su ejercicio presidencial, y afirma una línea que se ubica en una posición más progresista de lo que había sido su experiencia como gobernador. Es indudable que hay un corrimiento a la izquierda a partir de que es presidente», planteó Rouvier en diálogo con Télam.

En cualquier caso, más allá de los debates que promovió su famosa definición sobre los giros discursivos y la adaptación al poder, Baglini fue un gran orador y protagonizó recordados cruces en el Parlamento.

«Era una mente brillante, abierta y además un gran polemista en el Congreso, se coincidiera con él o no», señaló este domingo el diputado Leopoldo Moreau (FdT-Buenos Aires) ante una consulta de Télam. Moreau compartió con Baglini aquellos años de la recuperación democrática y coincidió con el mendocino en la defensa de la gestión de Alfonsín.

Fuente: Telam

 

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