Los Murciélagos cayeron 1 a 0 ante Brasil en la final del fútbol 5 de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Una gran maniobra individual de Raimundo Mendes a los 13 minutos del segundo tiempo le dio la victoria y la medalla de oro al conjunto brasileño, que privó a la Argentina de subirse a lo más alto por primera vez en esta disciplina a nivel paralímpico.
Primero, la congoja y la sensación de frustración. Pero enseguida, el entusiasmo siempre vivo de formar parte de los Murciélagos, patentado en los abrazos y la emoción en el podio, mientras caía la lluvia. Es una forma de vivir, una manera de expresarse para este plantel. Cuando este equipo se junta, brilla. Una luz que excede lo deportivo. Porque desde hace años vienen rompiendo barreras, armando su camino apoyados siempre en una actitud positiva, en el empuje y la entrega, que los posiciona como una de las selecciones más respetadas del planeta. Y en Tokio, el conjunto aportó la novena medalla para la delegación argentina: cinco de plata y cuatro de bronce.
“Es una forma de vivir y de entender la vida. Es aprender a sobreponerse y, desde la adversidad, encontrar una oportunidad”. Así describe Martín Demonte, uno de los entrenadores, qué significa ser un Murciélago. Froilán Padilla, uno de los jugadores, añade: “Somos una familia. Nos ayudamos siempre y eso trasciende lo deportivo. Más allá de los resultados, porque somos competitivos y nos gusta ganar, pero antes somos una familia”.
Esta final ante Brasil fue mucho más que un partido. El equipo siempre sueña con este tipo de desafíos, los anhela. En Atenas 2004 había sido la única vez que habían dirimido un partido por la medalla de oro en unos Juegos Paralímpicos; luego siempre fue por la de bronce. Un gran premio, un honor, pero este grupo hambriento por gloria, y ganador como pocos, que siempre aspira a más. Está en su ADN.
Viajaron a Tokio con el objetivo claro: alcanzar la final. Eran cuatro las batallas que debían tener y salir victoriosos para llegar a la definición. Lo cumplieron con creces. En el debut, Los Murciélagos derrotaron a Marruecos por 2-1 y luego superaron sucesivamente a España (2-0), Tailandia (3-0) y China (2-0). Este sábado, su rival fue Brasil, esa bestia negra que apareció constantemente en su historia y les frustró todos sus festejos.
“Nos planteamos un objetivo en Buenos Aires antes de llegar acá a Tokio y lo cumplimos; primero era llegar a la final y, después, ganarla”, declaró tras el partido frente a China, el goleador con siete tantos, Espinillo.
El equipo paralímpico que dirigen Martín Demonte, Claudio Falco y Germán Márquez, desde 2009, estuvo integrado por los arqueros Darío Lencina y Germán Muleck y los futbolistas ciegos Froilán Padilla, Ángel Deldo, Federico Accardi, Nahuel Heredia, Brian Pereyra, Maximiliano Espinillo, Marcelo Panizza y Nicolás Véliz.
Quien quedó al margen de esta convocatoria, pero si formó parte de todo el proceso preparatorio fue Silvio Velo. El jugador de 50 años integró la selección por más de 30 años, disputó cuatro Juegos Paralímpicos, dijo presente en los tres campeonatos mundiales y en todos los equipos Parapanamericanos.