El gobierno nacional emitió en la mañana del lunes un decreto mediante el cual reglamentó el ingreso de personas al país por el “corredor seguro Paso Fronterizo Terrestre “Tancredo Neves” y Aerop. Internac. de Cataratas del Iguazú de MISIONES”.
Según este decreto, desde hoy está habilitada la circulación “en calidad de turistas”, sin albergar la circulación más fluida que albergan intrínsecamente estas poblaciones de frontera. Es un dato importante a tener en cuenta, porque existe gran expectativa en un sector de la sociedad de la ciudad brasilera de Foz do Iguaçu. Esto, por la situación macroeconómica que atraviesan ambos países, cada uno en una crisis de color distinto.
En Foz do Iguaçu, cargar un litro de combustible para un vehículo costaría unos $250 pesos, calculado al “real blue” que se comercia en la frontera. Del lado argentino, el mismo monto sirve para -más o menos- dos litros y medio de combustible. Similar es la situación con productos de canasta básica, bebidas alcohólicas (principalmente vinos), lugares relacionados a la industria del entretenimiento (casinos, discotecas, etc), entre otros. Todo ese movimiento económico es virtuoso para una ciudad devastada por la pandemia y sus ribetes económicos, pero el decreto no lo incluye.
Hay dos procesos que se vivirán intensamente en los próximos días en Puerto Iguazú. A 300 km de la capital provincial, se espera una llegada de divisas y, accesoriamente, de reactivación económica general, de todos los rubros que hacen a la vida de locales y extranjeros. Esta situación motivó un “desacomode” en el mercado inmobiliario de Iguazú, generando que algunos propietarios se muestren reacios a firmar contratos en este contexto volátil en el que la demanda de locales comerciales “aumenta hasta 30%”.
Ante toda esta inestabilidad, hay cierta incertidumbre atada a la expectativa del regreso del comercio fronterizo que tanto tiempo sostuvo, e intentó desarrollar, y desarrolló el municipio misionero. Incertidumbre, además, por el tipo de cambio paralelo que se comercia asiduamente en inmediaciones del paso fronterizo, y que hace al día a día de diversas actividades económicas informales que coexisten.
El real, que hoy se cotiza formalmente en $32,74 ($18,66 más dos impuestos del 30% y 35%), llega a pagarse por encima de los $35 en Puerto Iguazú, en operaciones informales, que exceden al compre legal al que se puede acceder mensualmente. Y se espera que la entrada masiva de divisas a territorio iguazuense genere algún movimiento fuerte en este pequeño mercado informal, se inundaría de reales la plaza y motivaría una baja fuerte en la cotización de cambio.
Estos movimientos tan bruscos, que en el plano formal no se sienten desde 2019, constituyen también el marco en el que los y las habitantes de las ciudades fronterizas tienen que pensar sus actividades diarias, su trabajo y sus consumos. Por ende, la actual situación cambiaria argentina y local, pasará a impactar fuertemente en todos los sectores del entramado productivo y comercial de Iguazú, minimizando a veces el impacto positivo del arribo de turistas y de ocupación más plena de la actividad hotelera.
