El intendente de la localidad, Bruno Beck, celebró la inauguración de la División Delitos Rurales en Andresito. El destacamento estará ubicado en el paraje Cabureí, dependiente de la localidad.
En la inauguración de la División Delitos Rurales en Andresito, estuvieron presentes el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, el ministro del Agro y la Producción, Sebastián Oriozabala, el ministro de Gobierno, Marcelo Pérez, el ministro de Salud Pública, Oscar Alarcón, entre otras autoridades provinciales.
El destacamento policial tendrá como objetivo combatir los delitos rurales, tras el aumento de las denuncias efectuadas por pobladores de la zona relacionadas con robo de yerba, ganado, y otras pertenencias.
El intendente de la localidad dijo que antiguamente el paraje contaba con un destacamento. Sin embargo, ese lugar fue refaccionado y amoblado para la creación de la Dirección de Delitos Rurales. Inicialmente se contará con la presencia de un jefe de policías y nueve efectivos.
Asimismo, Beck hizo énfasis en la importancia de la prevención del crimen, por lo que la Policía de Misiones puso a disposición del destacamento un vehículo 4×4 y una moto, para que los agentes puedan recorrer e inspeccionar toda la zona, garantizando la seguridad de los vecinos.
En la actualidad Cabureí cuenta con un gran índice de crecimiento, según reveló el intendente, cuenta con una escuela secundaria y un puesto de salud que se está refaccionando.
“Estamos muy emocionados porque vemos cómo la población nos empieza a ayudar a combatir el delito, porque esto es un trabajo conjunto”, destacó.
Según manifestó Beck, “el crecimiento del delito estaría vinculado con las grietas sociales, que producen que una mayor cantidad de personas consideren apropiarse de lo ajeno”.
Por este motivo, dijo que “Empiezan a haber problemas serios que hay que contrarrestar con la prevención”, mencionó.
Además, resaltó el hecho de que muchos productores no tienen registrado el ganado que crían y comercializan, carnean a los animales de manera personal para llevarlos a los puntos de venta. Esta situación dificulta a la policía el seguimiento de los animales robados, ya que los mismos productores incumplen el orden legal de la comercialización de la carne.