El mate este una de las bebidas preferidas en la Argentina. Esta infusión es tan popular que se consume en el 90% de los hogares argentinos todos los días. De hecho, Según el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), el 76% de la población lo consume por hábito o costumbre. En ese sentido, tomar mate cotidianamente puede ser beneficioso para la salud, según los científicos.
El acto de consumir mate, principalmente en compañía de seres queridos, logra generar en las personas emociones positivas. Algunas de ellas son la tranquilidad o la alegría, sobre todo emociones que son comunes en momentos de compartir con otros.
Esta infusión es la bebida social por excelencia en el país. En 2015 se estableció al 30 de noviembre como el Día Nacional del Mate, en conmemoración del nacimiento del líder guaraní Andresito Guasurarí, quien fuera gobernador de la provincia grande de Misiones de 1815 a 1819,
Esta tradición o hábito de tomar mate posee beneficios. Logra aportar a las defensas del organismo, colabora en la prevención de enfermedades y también ayuda a controlar el peso. Asimismo, la yerba mate otorga otros beneficios para la salud, sobre todo por su capacidad antioxidante y efecto neuroprotector.
¿Cuáles son los beneficios de tomar mate?
El mate aporta nutrientes tales como las vitaminas B, principalmente, A y C. Estas favorecen a que el organismo pueda liberar y aprovechar la energía que contienen los alimentos, según datos del Colegio de Nutricionista de la Provincia de Buenos Aires. Además, posee minerales como el calcio, hierro, magnesio, fósforo, sodio y potasio.
La yerba mate cuenta con una potente capacidad antioxidante. La misma está asociada a la alta concentración de polifenoles, un grupo de sustancias químicas que mejoran las defensas naturales del organismo y lo protegen del daño celular.
Del mismo modo, tiene un efecto neuroprotector, según el INYM. Lo cual ayuda a controlar el peso corporal; colabora en la prevención de enfermedades cardiovasculares; reduce los niveles de colesterol y previene la aparición de enfermedades crónicas de origen inflamatorio como el cáncer y la diabetes tipo II.