Desde el área de Zoonosis de la Municipalidad de Montecarlo se realizó la constatación de la denuncia realizada por los propietarios del Zoo Bal Park, luego de que el perro de una vecina matara a los seis venados que permanecían en el lugar, animales que habían sido rescatados hace muchos años y otros que nacieron en el predio.
“Los chicos del Zoo me llamaron el sábado que entraron dos perros al predio y los animales y uno de ellos atacó a los venados. El lunes nos notificaron la denuncia, el martes hablé con la gente del Zoo, verificamos el lugar de daños, nos informaron quienes serían los propietarios del perro y nos acercamos al domicilio” explicó en diálogo con El Territorio, David Luna, responsable de Zoonosis Municipal.
Por otra parte detalló: “En un primer momento la vecina quiso deslindarse de la responsabilidad del animal, le expliqué la gravedad del daño y labramos un acta, donde se puso a disposición a lo que resuelva el juez ante la denuncia presentada por los propietarios del Zoo Bal Park. Nosotros hicimos las constataciones correspondientes y estamos a la espera de la resolución del Juzgado de Paz que entendemos interviene en denuncias de este tipo”.
Desde el Zoo manifestaron que también informaron de la situación al Ministerio de Ecología de la provincia y la respuesta que recibieron es que no tienen injerencia por ser un lugar privado.
El Zoo Bal Park fue creado hace más de 40 años, por el fallecido pionero de Montecarlo, Federico Kruse, en colonia Ita, a unos 80 kilómetros de la ruta 12. El objetivo fue y es la conservación de la fauna misionera, preservando especies, rescatando y curando otras mediante la colaboración de profesionales veterinarios y la comunidad montecarlense y de la zona.
Actualmente allí se alberga alrededor de 400 animales de unas 60 especies, la gran mayoría en extinción, que fueron rescatados en su mayoría de maltratos, ataques de otros animales, y los que se pueden devolver al monte se hace otra área y los que están domesticados quedan al cuidado de Ingrid Kruse y sus hijos Nicolás y Darío, que están a cargo hace más de diez años.
En todos los años de funcionamiento la familia se dedicó a mantener el lugar de la mejor manera posible sin recibir ayuda de entidades del Estado.
Se sostiene por la colaboración de comerciantes con frutas, precios especiales, carnes, y también ayuda de veterinarios de la zona que hacen la tarea ad honorem o con honorarios muy bajos.
Con lo que se recauda de entradas se cubren gastos mínimos como de luz, agua y algunos alimentos para los animales. Cada vez se hace más complicada la tarea ya que no sobran fondos para invertir en mejoras del lugar y mucho menos para pagar el servicio de un cuidador.
Ingrid y sus hijos están allí todos los días del año en el lugar y si algún animal necesita alguna atención especial los tienen a cestas para controlarlos.
“Muchas veces nos hicimos cargo de animales que están en cautiverio y lo hicimos para poder salvarles la vida, ya que nadie quería hacerse cargo porque eran exóticos. Al Zoo llegan osos meleros, tortugas, loros, entre otras especies que los mismos vecinos rescatan y no saben dónde llevarlos y terminan en este lugar. Muchos regresaron a su hábitat y otros no porque estaban muy lastimados y no se desenvuelven solos o están en peligro de extinción” comentó Nicolás Neumann.
Un claro ejemplo se dio el martes por la noche, cuando la familia Baden-Alvarenga, que vive en la zona urbana de Montecarlo, vio un oso melero en su propiedad y no dudó en llamar a la gente del Zoo Bal Park. Nicolás, uno de los dueños, se acercó por la noche y alojaron al animal en el Zoo, constataron que se encuentre en buen estado e informaron a los guardaparuques del Parque Provincial Che Guevara, quienes el miércoles por la mañana retiraron al oso y lo liberaron en el parque.
Fuente: el territorio