«No queremos neoliberalismo», señala el documento de los organismos de DD.HH

Dia uno
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«No queremos neoliberalismo. Queremos, como soñaron los y las 30 mil, que el pueblo vuelva a ser feliz», afirmaron este jueves los organismos de Derechos Humanos en el documento cuya lectura cerró el acto de conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en la Plaza Mayo.

En el documento, titulado «A 46 años del golpe genocida, reafirmamos la lucha», se apuntó a los «responsables económicos, grupos empresariales y militares, que contaron con el apoyo eclesiástico y de la corporación judicial que, hoy como ayer, representa los intereses de las clases poderosas».

El pronunciamiento fue firmado por Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza, Asociación Buena Memoria, Centro de Estudios Legales y Sociales, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, Liga Argentina por los Derechos Humanos y Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.

A 46 AÑOS DEL GOLPE GENOCIDA REAFIRMAMOS LA LUCHA

24 DE MARZO DE 2022

MEMORIA para defender la soberanía

VERDAD por los y las 30.000

JUSTICIA para el pueblo

A 46 años del golpe genocida, y luego de dos años de cuidar y cuidarnos, volvemos a marchar a la Plaza de Mayo, nuestra Plaza, como se está haciendo hoy a lo largo y ancho del país. Una vez más, llegamos con las fotos de quienes fueron víctimas del genocidio. Sus ausencias nos siguen doliendo, pero traemos en alto sus banderas, sus rostros, sus nombres, sus historias, sus vidas y militancias, y los hacemos presentes.

Hace 46 años, los genocidas, militares y civiles, tomaron el poder en la Argentina para imponer la miseria planificada. Así lo denunciaba Rodolfo Walsh en una carta abierta que cumple 45 años. Antes, la Triple A ya había instalado el horror y el miedo, y por esos crímenes seguimos reclamando Juicio y Castigo.

Ese 24 de marzo de 1976, como parte del Plan Cóndor, con la embajada de Estados Unidos operando en toda la región y con la Doctrina Francesa encarnada en nuestras Fuerzas Armadas y de Seguridad, cobra sistematicidad y dimensión un tiempo sin antecedentes en nuestro país atravesado por persecuciones, torturas, asesinatos, terror, desapariciones forzadas y centros clandestinos de detención y exterminio. Esas marcas perduran hasta hoy.

Todo el pueblo padeció el terrorismo de Estado. Por eso las deudas en materia de Memoria, Verdad y Justicia son con toda la sociedad.

Reafirmamos hoy que ¡son 30.000!, porque viven en la memoria, pero también porque los insistentes discursos negacionistas vuelven necesario recordar que no se trata sólo de un número: son las historias de las miles y miles de familias, organizaciones, sindicatos, centros de estudiantes, fábricas, barrios y colegios. Son también las 10.000 presas y presos políticos, miles de personas forzadas al exilio.

Son 30 mil, en tiempo presente, porque los seguimos buscando y exigiendo justicia. Son 30 mil, y seguimos preguntando: ¿DÓNDE ESTÁN?

Reivindicamos todas sus luchas que formaron parte de la militancia como herramienta de transformación de la realidad en organizaciones del Peronismo Revolucionario, como Montoneros, la FAP, o el movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo; la tradición guevarista del PRT; y las tradiciones socialistas y comunistas: Partido Comunista, Vanguardia Comunista y PCR, por nombrar sólo a algunas de las tantas organizaciones y espacios de participación política, sindical, estudiantil y social, luchando por ideales de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social.

El aniquilamiento del llamado enemigo interno y el disciplinamiento de la sociedad tienen responsables económicos, grupos empresariales y militares, que contaron con el apoyo eclesiástico y de la corporación judicial que, hoy como ayer, representa los intereses de las clases poderosas.

Las grandes transformaciones económicas que el neoliberalismo requería eran imposibles de materializar sin intentar quebrar y destruir la organización del movimiento obrero. La clase trabajadora argentina era un cuerpo potente y resistente que daba pelea a esos cambios. El modelo de exclusión y ajuste, con destrucción de la industria nacional, requería de toda la contundencia y la crueldad para destruir derechos, conciencia y solidaridad.

Hoy, en esta plaza, preguntamos: ¿DÓNDE ESTÁN LOS RESPONSABLES DE LA MISERIA PLANIFICADA EN LA DICTADURA? ¿DÓNDE ESTÁN LOS QUE SE ENRIQUECIERON CON EL HAMBRE NUESTRO PUEBLO? Por el empobrecimiento de nuestro pueblo también exigimos Juicio y Castigo.

Una vez recuperada la democracia, durante décadas sufrimos las políticas de ajuste y la presión internacional de una deuda externa que siguió creciendo y condicionando nuestra soberanía económica y política. La miseria planificada se siguió profundizando llegando en los años noventas a altísimos niveles de desocupación y a la pauperización de los sectores populares que hicieron crisis en 2001. Frente a la insostenible situación económica, nuestro pueblo dijo basta y salió a las calles en las gestas históricas del 19 y 20 de diciembre de 2001 en las que las Fuerzas de Seguridad asesinaron a 39 compatriotas, mientras los poderosos de siempre fugaban el dinero del pueblo fuera del país.

También sobre ellos preguntamos: ¿dónde están los responsables de la crisis del 2001?

En el año 2006, el Presidente Néstor Kirchner canceló la deuda con el FMI, y con ella, ese modo de injerencia directa sobre las políticas públicas nacionales. Pero con la llegada de los sectores concentrados de poder al gobierno de la mano de Mauricio Macri, volvió el endeudamiento internacional. En cuatro años de gobierno, el macrismo nos endeudó en US$ 44 mil millones, sin pasar por el Congreso Nacional. Tuvo al FMI como cabecera de puente, dispuesto no sólo a facilitar la fuga de capitales, sino a sostener de su mano las políticas neoliberales que permitieran seguir arrasando nuestras riquezas. Eso les aseguraba someter a generaciones de argentinos y argentinas. Pero eso creemos necesario destacar que, sea como sea, la deuda contraída no se puede ni se debe pagar a costa de más sacrificio y hambre de nuestro pueblo, cuando, una vez más, estamos frente al intento del Fondo Monetario Internacional de dictar nuestro destino.

Fuente: Telam

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