«No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que sí me preocupa es el silencio de los buenos». La cita de Martin Luther King no pierde vigencia y bien podría aplicarse a lo que durante muchos años ocurrió con el caso de Mario Fabián Golemba (27), visto por última vez el 27 de marzo de 2008. Pero hoy muchos se animan a hablar y la causa avanza.
Luego de trece años sin novedades en el expediente que se tramitaba en Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, en menos de doce meses la Justicia Federal avanzó notablemente en la investigación y se recepcionó declaración a varias personas que aseguraron haber visto y escuchado a Golemba en la comisaria de Dos de Mayo la noche de su desaparición.
De esta forma, se afianza la hipótesis de la responsabilidad policial en el hecho, tal como denunció en reiteradas ocasiones la familia de la víctima.
Asimismo, la instrucción que lleva adelante de la Fiscalía Federal Penal Nº 2 de Posadas, a cargo de Silvina Gutiérrez, también permitió descorrer el velo sobre el accionar de los policías que al momento del hecho se desempeñaban en Dos de Mayo.
Con el avance de las pesquisas judiciales «se estableció que en la comisaría y otras dependencias de la citada localidad los uniformados usaban métodos reñidos con derechos, garantías y libertades individuales, lo que no hizo más que atemorizar y silenciar a toda la comunidad», indicó un vocero judicial consultado por El Territorio.
Por ello, para el avance y esclarecimiento del caso Golemba viene siendo clave la figura del testigo de identidad reservada y protegido, recurso que brinda seguridad a quienes rompen el cerco del miedo.
Marcados avances
Programa de protección de víctimas y testigos, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, es una herramienta imprescindible en la investigación de este tipo de casos donde se sospecha de la responsabilidad de integrantes de fuerzas de seguridad.
Rafael Pereyra Pigrel, querellante en representación de la familia Golemba, ponderó la figura del testigo protegido porque «durante mucho tiempo las personas tenían temor, pero ahora hay mucha más confianza».
«Testigos que declararon haber visto a Golemba; pero también hay muchos que declararon que en esa comisaría se llevaban a cabo tratos aberrantes, como torturas y apremios. Eso surge de la causa y se espera recibir más testimonios porque ahora los testigos tienen mayor seguridad», remarcó el letrado.
Además, ponderó que «la fuerza de seguridad designada por la fiscalía está llevando adelante una investigación de gran calidad».
Pereyra Pigerl también subrayó que la desaparición forzosa es el único delito que el Código Penal establece como imprescriptible por ser un crimen de lesa humanidad. Inclusive es uno de los delitos más graves en el ordenamiento internacional.
Es así que a catorce años de la desaparición de Golemba «se comenzó a reconfigurar la historia a partir de información trascendental brindada por personas que dejaron de lado el silencio y la desconfianza ante la seriedad y seguridad que les brinda la Justicia Federal», destacó el querellante.
En paralelo, a medida que progresa la investigación se van reconstruyendo historias aberrantes en la comisaría de Dos de Mayo que se vinculan con prácticas del pasado que se creían desterradas.
Fuente : el territorio