Garantizar la seguridad alimentaria de una población que aumenta de manera
sostenida es una tarea ardua y compleja en la que intervienen actores de
diversa índole. Entre ellos se destacan los pequeños productores familiares, que
en un pedacito de tierra ayudan a generar alimentos para un mundo que podría
alcanzar los 10 mil millones de habitantes en 2050.
Las pequeñas explotaciones agrícolas familiares producen el 35 % de los
alimentos del mundo y la mayoría se concentran en países de ingresos bajos.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), la agricultura familiar contribuye a una producción alimentaria
sostenible, ayuda a frenar el cambio climático, fomenta la sostenibilidad y mejora
la calidad de vida. Asimismo, afirma que existen más de 608 millones de
explotaciones agrícolas familiares en todo el planeta. Estas trabajan entre el
70% y el 80% de las tierras cultivadas y están detrás del 80% de los alimentos producidos a nivel mundial. En esa realidad
planetaria, la provincia viene hace años promoviendo las huertas familiares para el autoconsumo. El Municipio de Puerto Piray,
lanzó el programa “Una Familia, Una Huerta”, con el objetivo de fomentar hábitos productivos para la seguridad alimentaria.
La idea de este importante proyecto nace a partir de una jornada de Escuelas de Campo, promovida por el Ministerio de
Agricultura Familiar, que se realizó en la casa de Cristina Acosta, en el barrio Loma Clavel.
Estos espacios impulsan el empoderamiento de las familias agricultoras, enseñándoles a solucionar los problemas productivos,
ambientales y organizativos. Siendo las familias las protagonistas de su propio desarrollo.
En este sentido, la técnica del Ministerio Viviana Sieb, comentó “vamos a empezar a trabajar en conjunto con el área productiva
del Municipio de Puerto Piray, vamos a ir casa por casa, para que las familias puedan llegar a término con sus huertas”. Del mismo
modo, señaló que “no es un programa comercial, creemos que el beneficio más relevante de tener una huerta es producir tu propio
alimento sano y fresco. Como también, el estar en contacto con la naturaleza a través de las plantas, estudiar y conocer el proceso
de crecimiento, observar el desarrollo de los seres vivos, valorar los recursos y reutilizarlos, como ser las composteras a partir de
los desechos diarios de las cocinas, cuidar el agua y no malgastarla, entre otros”.
Para finalizar, señaló que “las huertas ayudan a la economía familiar en estos tiempos difíciles. Todo esto genera un hábito de
despertar curiosidades, ingenio, creatividad y de tener paciencia”.
“UNA FAMILIA UNA HUERTA”

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