¿Tenés una adicción al celular? Descubrilo.

Dia uno
Dia uno

¿Quién no tiene un amigo que cuando le hablás no responde por estar mirando su teléfono? ¿A quién no le tuvieron que volver a repetir una pregunta porque estaba distraído respondiendo un mensaje o viendo una historia de Instagram? ¿Quién no se perdió en una conversación por estar publicando una foto? Como si la foto no pudiera esperar a ser publicada…

Es como si una ansiedad nos devorara por momentos y la necesidad de agarrar el teléfono se vuelve más fuerte que todo. Entonces ese “todo”, puede esperar, pero nuestro teléfono, no. 

Tenemos un gran problema si esto ocurre, ¿no creen?

La adicción al celular es algo mucho más común de lo que nos gustaría aceptar. Sobre todo, en los últimos años. Vale aclarar, que el celular tiene muchísimas ventajas, el problema aquí es cuando hay un uso desproporcionado del mismo

El celular se convirtió en muchos casos, en algo fundamental en la vida de una persona. Si bien no hay un diagnóstico específico para este tipo de comportamiento, considero que se puede catalogar como una adicción cuando pasa a ser una conducta compulsiva y que produce satisfacción. 

Esta adicción al celular afecta principalmente a jóvenes y adolescentes.

Las consecuencias de la adicción a las redes sociales y al uso desproporcionado del teléfono pueden ser múltiples. Por ejemplo:

– Dejar de realizar otras actividades por el uso del teléfono.

– No volver a querer agarrar un libro para leer por falta de atención/concentración.

– Evitar hacer deportes, porque estar con el teléfono es más divertido.

– Huir de conversaciones cara a cara.

El problema principal de estas personas es que, si no están con su celular, se transforman en sujetos nerviosos, ansiosos, irritables, angustiados, y todo esto logra desaparecer cuando agarran nuevamente su teléfono. Literalmente funciona como una adicción. 

¿Cómo se llama a los adictos al celular? 

La dependencia al uso de teléfonos se puede llamar Nomofobia o Phubbing. Es la incapacidad de dejar el celular durante una conversación. 

La adicción al teléfono no es aún un diagnóstico oficial ni médicamente aceptado, pero se cree que es debido principalmente a la falta de investigaciones al respecto. 

Sin embargo, es imposible ser ajenos a los comportamientos, sentimientos y pensamientos que indican una dependencia sobre el uso del teléfono. 

¿Cuáles son las causas de la adicción al celular?

Detrás de toda conducta compulsiva, se esconden emociones por suprimir. Creyendo que si alimentamos más al acto compulsivo, menos tiempo tenemos para ocuparnos de lo realmente importante. Ya sean emociones que nos incomodan o situaciones que preferimos evitar por “miedo a”.

También puede haber un problema de autoestima o inseguridad, dificultad para relacionarse con las demás personas, aislamiento, etc. 

Una persona que no puede regular el uso de su teléfono, se pierde de vivir el momento presente. Ya que, por el uso compulsivo de su celular, no se permite estar en ningún lugar. Ni en la conversación real del momento presente, ni en la virtualidad de subir aquella foto.

¿Cómo saber si una persona es adicta al celular?

Una cosa es tener que estar

por momentos con el teléfono porque trabajamos con él, o porque quiero chequear cada tanto WhatsApp, Instagram, Facebook; y otra muy distinta es tener la NECESIDAD de hacerlo. Y si no lo logro, me angustio, me pongo ansioso, etc. 

Algunos de los comportamientos que podríamos observar en estas personas suelen ser: 

– Aislamiento y soledad

– Alteraciones en el estado del ánimo 

– Problemas de comunicación 

– Problemas en el lenguaje

– En menores, o no tan menores, peligro a contactarse con desconocidos

– Aumenta la inseguridad 

– Agresividad 

– Menor rendimiento escolar/laboral

– Pérdida de atención y concentración

– Cambio de actitud

– Alteración del sueño 

– Irritabilidad al no tener el celular con uno

Consecuencias del uso excesivo del teléfono

Un estudio que realizó Facebook, reveló que Instagram causa depresión y baja la autoestima en los jóvenes, afectando su salud mental.

Se genera una comparación constante por lo que el otro tiene, puede, adquiere, a dónde viaja, dónde come, qué ropa compra, qué cuerpo tiene, etc. Una cosa es un adulto viendo aquellas cosas, y otra muy distinta es un adolescente donde está en pleno despliegue de herramientas internas. Y donde la inseguridad está a flor de piel. 

Los adolescentes, revelan en este estudio, que sus problemas de depresión y ansiedad, son por esta plataforma. El estudio, arroja que empeoraron los problemas de imagen corporal en 1 de cada 3 adolescentes. El 32% de los usuarios afirman que la red social los hace sentir mal con sus cuerpos. Inclusive, en los casos más severos, afirman deseos de suicidarse. 

Además del nivel corporal/estético, también se demostró que trae insomnio, bullying o FOMO (fear of missing out). Este último es un síndrome relacionado al miedo de perdernos cosas, a quedar excluidos, o “no pertenecer”.

Creo que lo más importante aquí es poder tomar consciencia cuando algo no nos está haciendo bien, cuando nos hace sentir cosas que podríamos estar evitando sentir. Cuando entramos en una constante comparación, angustia, ansiedad, irritabilidad, son señales de que algo no anda bien.

¿Cómo eliminar la adicción al celular?

Lo más eficiente para cualquier cambio de hábito que queramos realizar, es empezar a hacerlo de manera gradual. ¿De qué manera?

– Dejando el teléfono por lo menos media hora antes de irnos a dormir.

– Que no sea lo primero que miramos por la mañana.

– Cuando nos sentamos a comer, que el teléfono quede en otro ambiente o lejos nuestro.

– Si tenemos hijos, al estar con ellos, estar con ellos realmente y no mirar el teléfono y responderles en automático

– Disminuir gradualmente el uso de las redes sociales. Si entro a Instagram 5 veces al día, empezar a entrar 2 por ejemplo. 

– Informarnos con las noticias, pero no sobre-informarnos. Es una línea muy fina, debemos estar muy atentos y conscientes. 

– Poner de a ratos el teléfono en “modo avión”.

– Borrar aplicaciones que no usamos.

– Silenciar los grupos o todas las notificaciones de las redes sociales.

Si no lo podemos manejar solos, siempre podemos consultar a un profesional de la salud mental para que nos guíe un poco y acompañe en el proceso.

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