El sueño es una de las actividades fisiológicas más importantes en la vida del ser humano para que este pueda desempeñar sus tareas diarias de manera óptima.
El sueño es una necesidad fisiológica que impacta directamente en la mente de las personas. Un artículo de la Universidad de Medicina John Hopkins explica que el sueño representa entre un cuarto y un tercio de la vida humana y es un momento esencial para la salud del cerebro y el resto del cuerpo.
Lamentablemente, muchas personas (en alguna etapa de su vida) pueden presentar trastornos de sueño, impidiendo disfrutar de esta actividad fisiológica de forma placentera y prolongada, impactando negativamente en su salud.
Uno de los mejores trucos que existen para conciliar el sueño, es colocar un antifaz (máscara pequeña, a menudo redondeada, que cubre solo el área alrededor de los ojos y el espacio entre ellos) a la hora de dormir.
Este método disminuye la cantidad de luz ambiental mientras se duerme y puede mejorar el estado de alerta y la memoria al día siguiente, según un estudio publicado en Sleep.
Los autores del estudio, de instituciones del Reino Unido, Italia y EE. UU., dicen que esta es una prueba más del vínculo entre la luz y el sueño, y que controlar la primera puede ayudar a controlar la segunda.
«La luz ambiental puede influir en la estructura y el tiempo del sueño», escriben los investigadores en su artículo publicado. Como parte de esta investigación, los científicos realizaron dos fases experimentales que consistieron en lo siguiente:
En el primer experimento que se llevó a cabo, se pidió a 89 adultos de 18 a 35 años que usaran un antifaz durante una semana para dormir, antes de quedarse sin ella o usar una máscara para los ojos con agujeros (para tener en cuenta los efectos de la incomodidad de usar una máscara) la semana siguiente.
«Exploramos cómo el uso de una máscara para los ojos para bloquear la luz durante el sueño nocturno afecta la memoria y el estado de alerta, cambios que podrían beneficiar las tareas cotidianas como estudiar o conducir», expresaron los autores del estudio.
Para la fase de resultados, los investigadores realizaron pruebas de laboratorio de los últimos 2 días de cada semana, en los que se pudo observar que los participantes se desempeñaron mejor en una tarea de asociación de pares de palabras, que mide la capacidad de recordar eventos y experiencias, al igual que una prueba que mide los tiempos de reacción después de tener los ojos tapados mientras dormían.
En la segunda fase experimental del estudio, 33 voluntarios adultos de 18 a 35 años fueron equipados con máscaras para los ojos, dispositivos diseñados para medir la intensidad de la luz al despertar y una diadema portátil para medir la actividad cerebral mientras dormían.
Una de las primeras cosas que se les pidió a los participantes en esta fase, fue que usaran un antifaz intacto mientras dormían, con el fin de acostumbrarse.
Los participantes durmieron con un antifaz intacto una noche y un antifaz con agujeros la segunda noche. A esto le siguieron dos noches de sueño en las mismas condiciones, solo que esta vez con pruebas adicionales.
En los resultados nuevamente se pudo observar una mejor asociación de palabras, revelando que usar una máscara para los ojos ayuda a aprender nueva información y formar recuerdos frescos.
La banda que se utilizó para medir la actividad cerebral mostró que existe una asociación entre el uso de la máscara y más tiempo de sueño de ondas lentas, lo que se sabe que es importante cuando se trata de aumentar la memoria.
«Esto sugiere que usar una máscara para los ojos durante el sueño es un comportamiento efectivo, económico y no invasivo que podría beneficiar la función cognitiva y generar impactos medibles en la vida cotidiana».