La falta de control y supervisión por parte de las autoridades locales generó preocupación entre los residentes y turistas que visitan Candelaria. La costanera, que debería ser un lugar de esparcimiento y disfrute, se convirtió en una pista improvisada para los motociclistas aficionados que buscan emociones extremas.
Las maniobras peligrosas, como los temerarios “willys”, dejan en evidencia la ausencia de medidas preventivas y de seguridad para evitar este tipo de comportamientos imprudentes. Los vecinos denuncian que este no es un hecho aislado, sino una situación recurrente que pone en riesgo la integridad física de todos los presentes, incluyendo a los propios motociclistas.
Las imágenes captadas y difundidas en redes sociales han generado un repudio generalizado por parte de la comunidad, quienes exigen una respuesta por parte de las autoridades municipales y de tránsito. Se cuestiona la falta de patrullajes y la escasa presencia policial en la zona, lo que parece haber permitido a estos aficionados de la velocidad apoderarse del espacio público sin consecuencias.
Los motociclistas, lejos de sentir temor o responsabilidad, parecen buscar la exposición y notoriedad a través de estas prácticas temerarias. Los riesgos asociados a estas maniobras son evidentes, no solo para quienes las realizan sino también para los espectadores y transeúntes que podrían verse afectados en caso de un accidente.
Es por ello que los aficionados buscan espacios como el “Domingrau” de Candelaria para poder hacer gala de sus habilidades sobre las ruedas. No obstante, las imágenes viralizadas en redes sociales son elocuentes y demuestran que además de la habilidad, existe un nivel amateur que deriva en caídas y choques.
La Policía suele intervenir en estos casos, pero la alta concurrencia de participantes dificulta la labor, y la presencia de los agentes tiende a ser intimidatoria, logrando disuadir a la multitud, que horas o días más tarde vuelve a darse cita en el mismo lugar.
MOL