Santa Fe | Investigan el hallazgo de 500 kilos de cocaína en la cámara frigorífica de un buque

Dia uno
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El descubrimiento de 500 kilos de cocaína en la cámara frigorífica del buque carguero MV “Ceci”, amarrado en el puerto santafesino, moviliza la pesquisa. Veinte tripulantes filipinos permanecen detenidos mientras se intenta desarticular la trama del narcotráfico internacional.

La Unidad de Información Financiera (UIF), junto a los fiscales Paul Starc y Claudio Kishimoto, y la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), se encuentran al frente de las exhaustivas diligencias.

La prioridad de los investigadores radica en establecer los vínculos entre los marineros aprehendidos y la organización responsable del cargamento de estupefacientes. Un aspecto central de la investigación es determinar quiénes participaron directamente en la maniobra de carga de la droga a bordo del buque en el puerto.

En este sentido, se espera la toma de declaración de la totalidad de los veinte tripulantes filipinos que estaban en Santa Fe. Sus testimonios se consideran fundamentales para esclarecer los roles y la posible implicación de cada uno en el ilícito. Hasta el momento, la única declaración formal registrada en el expediente es la del capitán del navío, de origen filipino y con bandera de las Islas Marshall.

Fue precisamente el capitán quien alertó a las autoridades sobre el hallazgo de los paquetes sospechosos durante una inspección rutinaria de las cámaras frigoríficas. Su colaboración inicial lo mantiene, por ahora, al margen de las sospechas como imputado.

Las autoridades federales trabajan sobre dos hipótesis principales respecto al origen de la droga. La primera línea de investigación sugiere que el cargamento fue introducido al buque mientras se encontraba en territorio argentino, lo que implicaría la participación de cómplices locales.

La segunda hipótesis apunta a que la cocaína fue cargada en algún punto del Océano Atlántico durante la travesía. Para corroborar cuál de estas teorías es la correcta, los investigadores se encuentran analizando minuciosamente tres días de grabaciones provenientes de las cámaras de seguridad instaladas en el puerto de San Lorenzo.

Paralelamente, se investiga la presencia y la actividad de una lancha que se acercó al buque para realizar tareas de aprovisionamiento mientras se encontraba en el puerto.

El elemento central en la investigación es el hallazgo de 379 panes de cocaína, cuidadosamente impermeabilizados para evitar su deterioro. Tras el descubrimiento por parte del capitán, este notificó de inmediato a la empresa naviera responsable del transporte, la cual procedió a contactar a la Unidad de Información Financiera (UIF).

Otro eje central de la pesquisa es la identificación del propietario de la considerable cantidad de droga. Si bien los grandes nombres del narcotráfico que operaron en Argentina en los últimos años se encuentran tras las rejas, los investigadores no descartan la participación de un actor de peso a nivel internacional.

Se baraja la posibilidad de un narcotraficante con la capacidad económica y logística para coordinar la carga en el buque y su posterior recuperación en aguas europeas, empleando la modalidad de contrabando conocida en la jerga como “drop on-drop off”, procedimiento en el cual la droga se lanza al mar para ser recogida por otras embarcaciones.

En una reciente rueda de prensa, el fiscal Claudio Kishimoto ofreció detalles relevantes sobre el hallazgo: “Uno de los bultos tenía un GPS y redes, elementos destinados a bajar la droga al mar o al río”. Esta evidencia refuerza la hipótesis del «drop on-drop off» como método de entrega final.

Cabe destacar que el fiscal se refirió al destino del buque: “Tenemos que evaluar a dónde iba dirigida la droga. Si bien el buque iba a Ámsterdam, debía pasar por dos lugares más. Trabajamos ahora sobre las imputaciones y responsabilidades de la carga, para determinar de dónde proviene”.

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