La Provincia procesa 120 toneladas mensuales de residuos patológicos con un sistema que funciona desde 2003. Se apoya en la logística diaria y el tratamiento especializado por autoclave. El esquema alcanza a hospitales públicos, clínicas privadas y veterinarias de Misiones, bajo la supervisión del IPRODHA y el Ministerio de Salud Pública.
Misiones mantiene un sistema integral y controlado para la gestión de residuos patológicos, procesando 120 toneladas mensuales generadas en hospitales, clínicas privadas y veterinarias. El esquema, que funciona desde 2003 bajo la supervisión del IPRODHa y el Ministerio de Salud Pública, combina logística diaria y tratamiento especializado por autoclave para garantizar la seguridad de los trabajadores y de la comunidad.
Ricardo Charon, responsable del área de políticas ambientales del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRoDHa), explicó que el sistema de gestión de residuos patológicos en Misiones. “Está direccionado a todo lo relacionado a establecimientos de salud pública y algunas clínicas y veterinarias privadas”, mencionó en exclusiva a canal12misiones.com. La recolección y el procesamiento se realizan a través de la concesión con la empresa AESA, que opera en toda la provincia.
En el caso de los establecimientos privados, el servicio se articula con los municipios. “El esquema es Municipalidad – AESA – Provincia. De esa forma se brinda el servicio y se garantiza que los residuos tengan un destino seguro”, indicó.

Actualmente, el sistema permite procesar 120 toneladas por mes de este tipo de desechos, también conocidos como infecciosos. “Son aquellos que se generan en establecimientos de atención de la salud y que tienen potencialidad de transmitir enfermedades infecciosas a seres vivos”, señaló.
Entre los materiales incluidos se encuentran restos de amputaciones humanas o animales, gasas, algodones, vendas, telas adhesivas infectadas, sueros, bolsas de sangre, jeringas, hisopos o espátulas. Todo este material primero pasa por una gestión interna dentro de cada hospital o clínica y luego es trasladado a una caseta acondicionada que funciona como punto de encuentro para la empresa recolectora.
El IPRODHa asumió la función de contralor en 2019, cuando por presupuesto se incorporó como ente urbanizador y además remodeló hospitales y Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS). “Pasamos a ampliar no solamente la infraestructura, sino también servicios, y nos convertimos en organismo de control junto al Ministerio de Salud Pública”, remarcó Charon.
Uno de los puntos más sensibles es el manejo intrahospitalario. “Es fundamental que lo que se hace dentro de los establecimientos sea correcto. Cómo se acondicionan y clasifican los residuos es clave para evitar riesgos al personal que trabaja con este tipo de materiales. Si no están acondicionados de manera adecuada, la gente corre mucho riesgo”, advirtió. Para garantizar la seguridad, todos los centros de salud deben cumplir con un protocolo establecido.
Logística especializada para el tratamiento de residuos patológicos
AESA realiza recorridos diarios en dos rutas que abarcan más de 100 puntos entre las Rutas 12 y 14. Municipios como Montecarlo, Puerto Rico, Oberá, Posadas, Leandro N. Alem y Apóstoles tienen consolidada su gestión y colaboran en la recolección de residuos de clínicas privadas, odontológicas y veterinarias. “Este tipo de residuos no se pueden acumular, por eso todos los días son retirados”, aclaró el funcionario.

El sistema de tratamiento que Misiones implementa desde 2003 se realiza por autoclave, con un proceso de esterilización que elimina toda peligrosidad. “El 100% de las 120 toneladas mensuales se tratan y luego se convierten en un residuo común, como si fuese domiciliario. De ahí se transfiere al relleno sanitario sur en Fachinal”, explicó Charon.
La pandemia puso a prueba la capacidad del esquema, que respondió con tres turnos diarios y cobertura total de los centros de internación. “Fue una experiencia que demostró que Misiones tiene la logística, el sistema de tratamiento y la capacidad de respuesta adecuada. Si volviera a ocurrir, estamos preparados”, destacó.
Cada ciclo de esterilización es controlado con probetas que miden vapor, temperatura y vacío, garantizando que el resultado sea un residuo inocuo. “Esto es importante porque el personal puede tratarlos como un desecho domiciliario, sin riesgos adicionales”, detalló Charon.