Investigan a posibles encubridores por el crimen del jubilado de Jardín América

Dia uno
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A casi dos meses del homicidio de Pedro González Ávalos (73), quien fue asesinado durante un robo en su domicilio de Jardín América el 7 de septiembre, la causa avanzó con la comparecencia de dos nuevos posibles involucrados en el crimen que hasta el momento tiene como principales sospechosos a una pareja de adolescente de 15 años. Se aguardan los resultados de las pericias telefónicas.

Mediante fuentes judiciales, El Territorio pudo consignar que en la última semana fueron citados ante el juzgado interviniente Carlos D. (64) y Sofía B. (23) -quien le prestaba una pieza para dormir a los menores y una amiga de la adolescente acusada, respectivamente-, para que presten sus testimonios en carácter de testigos sospechosos de encubrimiento.

Según las fuentes consultadas, el primero en declarar como testigo fue Carlos, quien se presentó como un changarín que en el último tiempo se dedica a ser trapito y que vive en el barrio Lomas Jardín. Vivienda que comparte junto a su pareja y que está situada dentro de un terreno en el que también viven sus hijos.

En ese marco, remarcó que tiene una casilla que ofreció a O.U. y a Y. M. -los dos adolescentes de 15 años- para que se queden a dormir, ya que les encontró una noche que estaba lloviendo durmiendo en la conocida plaza Colón. En esa línea, aseguró que antes de esa noche no sabía quiénes eran.

En tanto, manifestó que los acusados estuvieron en la casa prestada por 2 o 3 días, y que durante su estadía notó que salían de noche y volvían antes del amanecer, además que le llamó la atención que llevaban y regresaban con cosas. A su vez, indicó que en ese periodo y durante el día, llevaban a otros chicos de la calle que eran sus amigos.

Por otro lado, el testigo mencionó que en una oportunidad le vendieron un celular por el valor de 10 mil pesos. Móvil que terminó regalando a uno de sus hijos porque viajaba seguido a San Pedro a trabajar.

Por último, describió que se enteró del asesinato de González cuando llegó el patrullero de la Policía a su casa. Cuestión que lo dejó en shock, ya que los veía con “cara de niños” y “muy chiquitos”.  

Segunda testigo

En tanto, la segunda en prestar declaración como testigo sospechosa, fue Sofía -nuera de Carlos D. y amiga de la menor Y. M.-. En primer lugar, reconoció que es amiga de la adolescente sospechosa hace un año y que en agosto de este año vivió una semana en su domicilio, hasta que se fue a tarefear a San Pedro. Al regresar se quedó en la casilla que le prestó Carlos.

En su declaración, también describió que los dos menores no tenían un trato de pareja, sino que eran más de compañeros, aunque O. U. la “trataba mal”. Por otra parte, la testigo recordó la charla que tuvo con la adolescente en la noche del 7 de septiembre.

 En ese contexto, según el expediente, la joven manifestó que Y. M. entró a su casa asustada y le preguntó qué podía hacer con un celular, que dijo haber encontrado en la plaza todo mojado. Argumento que la testigo mencionó no creer, porque la menor sacó un cargador que sería de ese telefóno. 

Respecto a O. U., Sofía recordó que lo vio desde lejos en la pieza en la que estaban ocupando para quedarse a dormir. Por ello, la adolescente sospechosa dejó el celular cargando y se fue a la casilla.

 Fue en ese momento que, siempre según el testimonio, la pareja de la testigo revisó el celular que no contaba con contraseña y al acceder a la galería del dispositivo, encontró distintas fotos de una mujer mayor. Luego de esto, Y. M. volvió a buscar el celular y pidió que la ayuden a borrar todo lo que tenía.

Sólo le borraron el Whatsapp y la menor se quedó “jugando jueguitos” toda la noche. Al día siguiente le entregó ese celular como pago de una deuda que tenía con la pareja de la testigo.  Por último, recordó que en realidad los adolescentes estuvieron en la casilla de su suegro por dos semanas. Semanas que, se investiga, si los menores utilizaron ese lugar para aguantadero de objetos robados.

Por otro lado, se espera que en los próximos días estén los resultados de las pericias a los dispositivos secuestrados y que son analizados por profesionales de la Saic. Examen que podría ser clave para determinar el propietario de los telefónos y roles de los acusados en el asesinato del jubilado de 73 años.

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