Por primera vez en San Pedro se llevó a cabo un retiro espiritual destinado exclusivamente a hombres, cuyo eje central fue revalorizar la familia y brindar herramientas para afrontar los desafíos diarios. La fe y el encuentro con Dios actuaron como motor de este evento, que reunió a más de 50 participantes y organizadores.
La propuesta surgió como respuesta a diversas problemáticas que atraviesan los hombres en los ámbitos profesional, social y, especialmente, personal. “El propósito era que encuentren en la fe una herramienta para enfrentar las dificultades y desafíos del día a día”, explicó a El Territorio Oscar Proenza, uno de los organizadores y participante del encuentro impulsado por la Iglesia Casa de Oración de Gramado.
El retiro se desarrolló a lo largo de tres jornadas de desconexión y búsqueda de un encuentro profundo con Dios. Bajo esa premisa, se realizaron actividades y talleres que abordaron temáticas como la debilidad y el cambio, el arrepentimiento, el respeto y el perdón, las adicciones y el comportamiento. “Hubo momentos para meditar, para reflexionar como hombre, como cabeza de hogar, y para poner en valor a la familia”, expresó Proenza.
Además, se llevaron adelante propuestas recreativas y de trabajo en equipo, como partidos de fútbol, carreras de embolsado y caminatas por senderos y montes. “La idea era dejar atrás todas las cruces y cargas. Fue un tiempo muy lindo de reflexión y meditación”, destacó.
El encuentro también contó con la presencia de pastores provenientes de distintas iglesias y ciudades, quienes brindaron guía y acompañamiento espiritual a los asistentes.
Una de las particularidades más valoradas del retiro fue la participación de personas con diferentes capacidades motrices, quienes se integraron plenamente a las actividades. “Hubo una gran muestra de compañerismo y empatía”, resaltó Proenza, al señalar que estos gestos son parte fundamental de la vida cristiana.
La experiencia concluyó con una reflexión sobre la “nueva vida en Cristo” y la aplicación de los aprendizajes en la vida cotidiana. “Queremos que lo que vivieron en ese lugar sea realmente transformador, que puedan llegar a sus hogares y a su familia con un nuevo propósito y una nueva perspectiva”, finalizó.