El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, hizo algunas promesas concretas al mundo, pero aún no está claro qué planea para Medio Oriente, una de las regiones que más desafíos le presentó a sus antecesores y que, para el periodista y analista Ezequiel Kopel, ya no es la misma que enfrentó como vicepresidente.
«Biden tiene que hacer una lista y poner tres o cuatro objetivos. Si quiere hacer un cambio total sin hacer nada o haciendo poco, cambiando a lo (Barack) Obama, la va a chocar; y si quiere irse directamente de la región como (Donald) Trump, la región no lo va a permitir. Un poder más o menos grande no se va de un día para el otro», analizó Kopel en una entrevista con Télam
«Tendría que acercarse con objetivos cortos o pequeños», resumió, en medio del lanzamiento de su último libro Medio Oriente, Lugar Común, Siete mitos sobre la región más caliente del mundo, de la editorial Capital Intelectual.
«Si quiere hacer un cambio total sin hacer nada o haciendo poco, cambiando a lo Obama, la va a chocar; y si quiere irse directamente como Trump, la región no lo va a permitir»
EZEQUIEL KOPEL
-Télam: Biden nominó para su gabinete a muchos exfuncionarios que trabajaron con él o con Obama y ya hay quienes pronostican una vuelta a las políticas de esa época. ¿Cuáles fueron las iniciativas de ese Gobierno que dejaron un efecto más duradero en la región?
-Ezequiel Kopel: El tema de Obama es que fue un doble comando, principalmente. Por un lado le hablaba a las poblaciones diciendo que tenían que buscar por sus propios medios y de alguna manera parecía que Estados Unidos los iba a ayudar en la promoción de la democracia y, por el otro lado, iba y le daba una palmada a (el expresidente egipcio Hosni) Mubarak y le decía: «Muy bien, sos muy buen aliado». Yo diría que esta estrategia, táctica o doble comando desencadenaba un curso de acción que, si bien no creo que la primavera árabe se haya dado solamente por la acción estadounidense, alimentó un escenario que tuvo su pico máximo en el 2013 cuando Estados Unidos se niega a catalogar el golpe de Estado como un golpe de Estado. Eso le provocó un huracán cuyos coletazos estamos viendo hasta el día de hoy.
-T: ¿Biden se encuentra con una región distinta?
-EK: Biden se encuentra con un escenario dejado tanto por Obama como por Trump, y puede elegir entre un camino corto o uno largo para llegar a lo que quiere. El camino más corto es un movimiento de fuerte oleaje y eso puede provocar una reacción mucho más rápida; o un camino más largo, en el que puede de a poco empezar a mover el terreno. El camino más corto sería tratar primero de hacer el acuerdo nuclear con Irán. El más largo sería ir poniendo orden entre sus aliados y preparando su curso de acción. Por ejemplo, apoyar a los kurdos en Irak para marcar agenda con Irán sin tanto choque, empezar a moderar un poco al dictador egipcio y reactivar la ayuda a los palestinos.
Biden hizo algunas promesas concretas al mundo, pero aún no está claro qué planea para Medio Oriente.
Biden hizo algunas promesas concretas al mundo, pero aún no está claro qué planea para Medio Oriente.
-T: ¿Y con Arabia Saudita?
-EK: Decirle de alguna manera que no es el reino independiente que se cree que es y que realmente ha sobrevivido en la región en gran parte por el apoyo de Estados Unidos y por esa gran protección. Preguntarle qué quiere hacer, si quiere ir solo en sus aventuras o si quiere estar acompañado.
-T: En el nuevo escenario regional, Rusia también pasó a ser un elemento central.
-EK: La naturaleza aborrece el vacío. Siempre uso esa expresión. De alguna manera hubo una continuidad de la política en la región con Trump, quien se retiró un poco a pesar de que hizo muchas cosas. Si pensamos en (George) Bush padre, que hacía de todo y moldeaba, es muy distinto al Obama que aplaude la Primavera Árabe y después no condena el golpe de Estado en Egipto, o con Trump cuando amenazaba con atacar después de las armas químicas usadas por Assad y luego tiró dos petardos y avisó por teléfono… Siempre me pareció inocente la idea de que Estados Unidos se va a ir de la región y nadie va a ocupar ese lugar. Ese lugar fue ocupado por actores que, por ejemplo, hablaron con todos, como Rusia. Un actor bienvenido por la región. ¿Por qué? Porque esas famosas líneas rojas estadounidenses con Rusia no están.
-T: ¿Por qué «un camino corto» para Biden es retomar el acuerdo con Irán?
-EK: Apoyó el acuerdo nuclear y creo que Biden tiene que pararse ahí porque todo lo que hizo Trump terminó confirmando los miedos de que Irán sin acuerdo nuclear es un actor mucho más peligroso para la región. Pero creo que hay que jugar lento, a pesar de que todos quieran acciones rápidas y hay que jugar de forma realista. Por ejemplo, ahora se está reflotando la idea de que un nuevo acuerdo nuclear incluya el desarrollo misilístico de Irán. Eso va a fracasar, es olvidar la historia de Irán. Eso nunca va a entrar en juego y, si realmente quieren tocar ese tema, la mejor forma es primero alcanzar un acuerdo nuclear que refuerce la confianza y después permita hablar de lo otro.
-T: En los últimos cuatro años pasó lo contrario y ganaron fuerza los sectores más duros en Irán.
-EK: Para mi, el año que viene, en las elecciones iraníes, van a ganar los conservadores.
Kopel lanzó recientemente su último libro Medio Oriente, Lugar Común, Siete mitos, sobre la región más caliente del mundo
Kopel lanzó recientemente su último libro Medio Oriente, Lugar Común, Siete mitos, sobre la región más caliente del mundo
-T: Usted habla de una continuidad entre Obama y Trump. ¿Cuál debería ser la política de Biden para la región?
-EK: Tiene que hacer una lista y poner tres o cuatro objetivos. Si quiere hacer un cambio total sin hacer nada o haciendo poco, cambiando a lo Obama, la va a chocar; y si quiere irse directamente de la región como Trump, la región no lo va a permitir. Un poder más o menos grande no se va de un día para el otro. Creo que tendría que acercarse a Medio Oriente con objetivos cortos o pequeños. Si me preguntaran a mí, les diría que un Estado kurdo, en Siria es imposible, inviable y no sirve de nada. Si Biden quisiera demostrar cierto curso de acción un poco más creíble yo garantizaría, por ejemplo, una protección como la actual pero un poco más activa del Kurdistán iraquí. ¿Por qué? Turquía está empezando a participar en el Kurdistán iraquí con la idea de dividir a los kurdos, pero como ya vimos en Chipre, los turcos cuando entran, no se van. Para mi también llegó para quedarse en Siria. Entonces, tiene que hacer una lista de las cosas que benefician a Estados Unidos y que los poderes locales extranjeros no se van a boicotear completamente y todo el tiempo.
Los acuerdos de reconocimiento de Israel
Uno de los grandes legados que deja el Gobierno de Donald Trump en el mundo árabe son los acuerdos de reconocimiento del Estado de Israel que ayudó a negociar y que, para el periodista y analista Ezequiel Kopel, buscan ser «un gran acuerdo armamentístico de defensa» entre esos países de Medio Oriente y África para tercerizar el «trabajo sucio» estadounidense en la región.
En el último tramo de su Gobierno, Trump anunció con bombos y platillos acuerdos bilaterales entre Israel y cuatro países árabes -Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos-, que rompieron el cerco diplomático que rodea al autodenominado Estado judío, con la excepción regional de Egipto, Jordania y Turquía.
«Para mí tiene que ver con dos cosas: con el miedo de los países árabes a Irán, por un lado, y a Turquía y Qatar, por otro. Ven dos polos a los que temen o resienten mucho más que a Israel. Tienen miedo al avance de Irán y se dan cuenta que la promoción de islamismo político tanto de Qatar como de Turquía los amenaza mucho más que Israel, que no quiere poner una colonia en el medio de Riad», explicó Kopel en entrevista con Télam.
«De alguna manera, al mediar en estos acuerdos, Estados Unidos está haciendo un gran acuerdo armamentístico de defensa entre los países árabes e Israel para que no tener que ocuparse del trabajo sucio directamente. Mediaron, por ejemplo, para que Israel y Emiratos Árabes actúen directamente en conjunto y ellos no tengan que estar siempre en el medio. Se corresponde un poco con la política de moverse un poco fuera de la región», agregó.
Para Kopel, estos acuerdos no cambiarán sustancialmente y en el corto plazo la relación de fuerzas en la convulsionada región. Sin embargo, a largo plazo podrían influir, incluso positivamente.
«Se calcula que 50.000 israelíes acaban de viajar a Emiratos Árabes. Cincuenta mil en el medio de una pandemia. No digo que va a traer la paz, pero creo que los beneficios de salir un poco de esta teoría del cerco total puede a la larga producir cierta moderación de Israel», señaló.
De todos modos, aclaró que en el corto y mediano plazo Israel seguirá apostando por mantener el status quo en el tema que más le interesa: el conflicto con los palestinos.
«Un acuerdo de paz con los palestinos tarde o temprano va a traer una guerra civil en Israel. Conozco mucho a los colonos y, si un colono mató a un primer ministro (Yitzhak Rabin), imagínense lo que significa el retiro de la tierra bíblica de Israel», destacó en referencia al magnicidio cometido en contra de los Acuerdos de Oslo firmados con la dirigencia palestina.
«Creo que Israel puede acercarse a hacer ciertas concesiones si el dote o el regalo es muy importante o si está sufriendo. Si los alicientes son muy grandes en el futuro, puede llegar a mover un poco su posición, pero falta todavía», concluyó.