Los talibanes poseen la base aérea afgana de Bagram desde la salida estadounidense de Afganistán en 2021. En su momento fue el epicentro de las fuerzas extranjeras en el país asiático. Ahora, es reclamada por Donald Trump.
Tras las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre retomar el control de la base aérea afgana de Bagram —en manos de los talibanes desde 2021—, este enclave volvió a quedar en el centro del debate, disputado por Washington y considerado una línea roja para China.
A raíz de las palabras del republicano, comenzaron a sucederse hechos que alimentaron la tensión en torno a Bagram, una base que domina rutas estratégicas como el túnel de Salang, enlace vital entre el norte y el sur del país. Cabe destacar que, en términos militares, el dominio de esta instalación implica tener bajo control el acceso directo a la capital.

Una de las frases más fuertes en este incipiente conflicto la propició Trump, quien escribió en su red social que “si Afganistán no devuelve la base aérea de Bagram a quienes la construyeron, los Estados Unidos de América, PASARÁN COSAS MALAS!!!”.
Aunque Trump atribuyó a Estados Unidos la construcción de la base, lo cierto es que fue edificada en la década de 1950 por la Unión Soviética, que después la convirtió en el epicentro de su invasión en la década de 1980.