Hace más de un año, el COVID-19 tiene el monopolio de la atención en el campo de la salud. Es difícil pensar o preocuparse por otra cosa. Al inicio de la pandemia, el personal de salud se concentró en las urgencias y muchos profesionales fueron reasignados a «tareas COVID».
En una segunda instancia, los pacientes no quisieron acercarse a los centros de salud a consultar o realizar chequeos por miedo a contagiarse.
Según el subsecretario de Salud de la provincia Héctor Proeza confirmó que esta situación se revirtió debido a la disminución de casos graves, “al bajar el porcentaje de ocupación de camas críticas se van habilitando las cirugías programadas que nunca se dejó de atender pero se estaban haciendo de urgencias y se buscan ahora a los pacientes que lo necesitan de manera más rápida y se va a analizando en cuanto al número de caso para lograr un equilibrio”.
A su vez destacó que el número de consultas está aumentando justamente con lo programado, “porque había un miedo de acudir al hospital y se fueron postergando los controles entonces se produce una consulta espontánea con una capacidad disponible para poder hacerlo”.