Boca sufrió con Argentinos, pero se metió en la final con el gol de Vázquez y va por el título y el boleto a la Libertadores
En Mendoza, el equipo de Battaglia se impuso por 1-0 con el tanto del pibe y se clasificó al duelo decisivo. Su rival saldrá del vencedor de la otra semi entre Talleres y Godoy Cruz.
Boca es el primer finalista de la Copa Argentina y el objetivo en Mendoza se cumplió, dejando el cómo para otro momento y con dos nombres clave.
Para Boca, la eliminación de la Copa Argentina hubiera sido un golpe de nocaut, de esos que imposibilitan levantarse. Para Sebastián Battaglia, para el plantel y para la dirigencia, que está acostumbrada a surfear sobre tsunamis pero no estaba preparada para que el último objetivo del semestre se escape de las manos. Por todo eso y retomando una discusión sin ningún tipo de sentido, lo único que importaba era ganar. Como sea.
Y lo hizo. A lo Boca. Con dos protagonistas que sobresalieron del resto. Sebastián Villa en un extremo, Agustín Rossi del otro. Y es menester comenzar con el colombiano, que regresó después de casi cuatro meses y un sinfín de polémicas, con una sanción disciplinaria de por medio que hacía pensar que la imagen del colombiano con la azul y oro no se volvería a ver.
Por momentos, quedó en evidencia que Villa es jerarquía. Como en su momento marcó Riquelme, es un futbolista “distinto”, capaz de gambetear en velocidad, sacarse de encima rivales y poner a sus compañeros en situación de peligro. Y, estadísticamente, quedará como el autor de la asistencia a Luis Vázquez, el nuevo oportunista del gol, al ejecutar el tiro libre que le cayó justo al 9.
Del otro lado y después del gol, Agustín Rossi evitó el empate con una atajada de arquero de equipo grande, que tiene que responder en el momento que lo llaman. Y si había alguien que necesitaba eliminar la última imagen de errores que le costaron la derrota ante Gimnasia era él. “Esta semana fue una semana fea. Se reprochan más las cosas, se escuchan muchas cosas más malas que buenas. Trato de seguir adelante por mi familia“, disparó con una mezcla de bronca, tristeza y revancha.
El Xeneize está en la final y eso es lo que celebró en el campo de juego, en el palco y especialmente en el banco, con una frase que resonó de parte de Battaglia: “Me voy, no vaya a ser cosa que se me metan en el vestuario“, haciendo referencia a la polémica de la reunión con Riquelme que, de acuerdo a lo ocurrido, dio resultado.
