Tras seis días sin agua potable y pese a los esfuerzos de los operarios del Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (Imas), que trabajan para tratar de normalizar el servicio de distribución de agua potable aún sin éxito debido a la inestabilidad del río Iguazú, el alivio a los hogares de la Ciudad de las Cataratas empezó a llegar de la mano de los bomberos voluntarios de la localidad y el resto de la zona Norte de la provincia.
Gracias al apoyo y la colaboración de sus pares de otras localidades, los bomberos iguazuenses trabajan intensamente para acercar agua a los vecinos de los barrios más alejados, que no recibirán el líquido vital a través de la red de distribución hasta que la planta potabilizadora no trabaje al 100%.
Cuarteles voluntarios de Puerto Esperanza, Puerto Libertad, Montecarlo y San Pedro se turnan para asistir a sus pares locales en la provisión del líquido a los barrios.