El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, declaró que el gobierno nacional «está abierto a escuchar opciones» para concretar «el salvataje» de la empresa cerealera Vicentín, cuya intervención y expropiación anunció el presidente Alberto Fernández.
Cafiero formuló declaraciones esta noche en el salón de Pasos Perdidos del Congreso al término del primer informe de gestión que brindó ante el Senado de manera presencial y con la mayoría de los senadores conectados en forma remota.
«Estamos abiertos a escuchar opciones, otro tipo de herramientas como para hacer este salvataje de la empresa para que vuelva a operar y se recupere», dijo Cafiero a periodistas en el Palacio Legislativo.
El funcionario calificó como «muy buena» su experiencia ante el Senado en su primer informe como jefe de Gabinete, aunque señaló que «a algunos les molestó porque se les recordó que hasta hace siete meses eran gobierno y se habían olvidado del desastre que habían causado».
Previamente, durante su exposición ante los senadores, Cafiero había declarado que no estaba «en la política pública del gobierno avanzar con expropiaciones» de empresas sino que se trata de «un rescate» de una firma «que estaba quebrada y que había dejado a miles de familias de productores sin pagarles».
El funcionario expresó estos conceptos en respuesta a una pregunta de la senadora de Juntos por el Cambio, Laura Rodríguez Machado, sobre si estaban previstas más expropiaciones tras conocerse la decisión de intervenir y expropiar la empresa cerealera Vicentin, al borde de la quiebra.
Durante la sesión informativa, senadores de la oposición cuestionaron la decisión del gobierno respecto a la compañía con sede en Santa Fe y el funcionario rebatió cada uno de los conceptos al igual que los legisladores del Frente de Todos, que utilizaron sus tiempos para cuestionar la política del macrismo.
Anabel Fernández Sagasti, la senadora del oficialismo, autora del proyecto de expropiación anunciado, que aún no ingresó en el Senado, criticó a sus pares de Cambiemos al señalar que «permitieron que (Mauricio) Macri hiciera lo que se le venga en gana con sus decretos».
Fernández Sagasti aclaró que el oficialismo «está abierto» a «cualquier tipo de alternativa» que contribuya a solucionar la crisis en que se encuentra la empresa pero advirtió que «siempre teniendo como objetivo el rescate de una empresa de insignia nacional» como es Vicentin.
La senadora cruzó a su par de Cambiemos, Rodríguez Machado, después de que acusó al gobierno de tener «una idea comunista de apropiarse de los medios de producción».
«Voy a obviar chicanas de medidas comunistas, que son antiguas y fuera de época», sostuvo Fernández Sagasti y aseguró que la medida de intervenir y expropiar a la compañía cerealera «es pragmática, profesional, científica, creativa y audaz».
La senadora mendocina pidió también diferenciar lo que son «los fundadores accionistas de la empresa y otra los Ceos y gerentes que la llevaron a ser financiera y defraudaron al Estado y dejaron a más de 3 mil productores en pampa y la vía».
«Qué están defendiendo? a quienes permitieron que estafaran a miles de argentinos, quieren convertir en héroes y próceres a quienes se llevaron el dinero afuera?», preguntó la legisladora por Mendoza en su discurso tras la exposición de Cafiero.
Sagasti concluyó su intervención en el Senado con un pedido a la oposición a que acerquen propuestas si las tienen sobre la crisis en que se encuentra Vicentin.
«Si no les gusta porque les parece comunista y tienen una propuesta mejor para el rescate de esta empresa nacional que no se puede permitir que se extranjerice bienvenido, pero no vamos a quedarnos en silencio mientras escuchamos que ustedes gritan sin ningún contenido», aseveró.
Algunos de los senadores que cuestionaron la medida de expropiación fueron el entrerriano y dirigente ruralista Alfredo De Angeli y el senador por Salta Juan Carlos Romero, que rechazó la idea de trasladar al Estado «las deudas» de la cerealera.
De Angeli, por su parte, cuestionó el concepto de soberanía alimentaria empleado por el oficialismo al sostener que es erróneo porque Argentina «produce alimentos 10 veces más de lo que precisa».