¿Cómo detectar un ataque de pánico? 10 recomendaciones para atravesar este momento

Dia uno
Dia uno

El famoso ataque de pánico… Que levante la mano quien no lo padeció en el último tiempo al menos una vez, y si no fueron ustedes, seguro conozcan a alguien que sí, ¿cierto?

Quiero citarles la siguiente frase de Buda que me parece super representativa cuando de ansiedad hablamos: “¿Por qué vivo siempre esperando el miedo y el temor? ¿Y si someto ese miedo y ese temor manteniendo la misma postura en la que estoy cuando me sobrevenga? Mientras caminaba, me sobrevinieron el miedo y el temor; no me quedé de pie ni me senté ni me recosté hasta que no sometí ese miedo y temor.”

Esta frase hace referencia a enfrentar dicha emoción cuando sea que venga, ni antes ni después. Ni anticiparnos, ni agrandarla, sino atravesarla en el momento oportuno.¿Cómo? Con nuestras herramientas internas. ¡Ya iremos viendo algunos mecanismos en este artículo!

Cuando hablamos de detectar un ataque de ansiedad, algunos de los síntomas que en general se hacen presentes son los siguientes:

– Aumento del ritmo cardíaco 

– Respiración entrecortada o acelerada

– Dolor o presión en el pecho

– Sensación de ahogo

– Aturdimiento, mareos

– Sudoración, sofocones, escalofríos

– Náuseas, dolor de estómago, diarrea

– Tensión muscular

– Temblores

– Adormecimiento

– Sequedad en la boca

¿Qué son los trastornos de ansiedad?

En general, los trastornos de ansiedad no suelen responder a un hecho específico. Pueden adquirirse por imitación y aprendizaje, por ejemplo, la forma en la que fuimos criados. Algunos padres transmiten a sus hijos la idea de que “el mundo es un lugar peligroso”. 

Ahora, la situación se complica un poco más cuando hablamos de Trastorno de Ansiedad Generalizado. ¿Por qué? Porque se trata  de una enfermedad que comprende una preocupación excesiva e incontrolable, durante 6 meses como mínimo, sobre 2 o más aspectos de la vida de una persona, provocando interferencias en sus habilidades para desempeñarse normalmente. 

Consiste en 3 componentes importantes: 

– En cuanto a lo cognitivo, consiste en preocupaciones irreales y excesivas durante la mayor parte del tiempo. Por ejemplo, un paciente con trastorno de ansiedad generalizado, puede estar preocupado por el dinero. Pero cuando sus finanzas están bien se preocupa por la salud de su hijo que no presenta enfermedades, o está 

o está excesivamente preocupado por cuestiones catastróficas, como un posible accidente aéreo. Y así sucesivamente…

– Con respecto al área conductual, estos pacientes refieren no poder manejar la ansiedad, provocando una disfunción significativa en sus actividades familiares, laborales, sociales, etc. 

– Por último en cuanto a lo fisiológicopresentan síntomas que incluyen un aumento de vigilancia o estado de hiper alerta, dificultad para descansar, tensiones motoras, como inquietud, temblores, contracturas. 

¿Por qué se produce la ansiedad?

La ansiedad y sus niveles de activación dependerán de dos cosas fundamentalmente:

1) Percepción de un riesgo, peligro o amenaza. 

2) Percepción de ausencia de recursos para afrontar ese riesgo, peligro o amenaza. 

Necesariamente, para sentir miedo o ansiedad, debemos percibir un riesgo. Pero la palabra riesgo o peligro no se reduce a situaciones de vida o muerte. Simplemente puedo sentir miedo o ansiedad al tener que dar una presentación en mi trabajo, y sentir que no estoy lo suficientemente preparado, entonces mi percepción de riesgo será muy alta, ya que no cuento con los recursos para hacerle frente. 

¿Qué hacer en caso de un ataque de ansiedad?

Ante todo, entender que el ataque de pánico, así como vino se irá. Por supuesto que, en ese momento de malestar e incomodidad, llegar a esa lógica puede resultar muy complicado. Pero es importante que se los recuerde.

La ansiedad es una curva, asciende, toca su pico máximo, allí se mantiene un rato, y luego comienza a descender. En los momentos de pico máximo hay poco para hacer… Solo esperar a que pase. Con lo que sí podemos trabajar es con la previa. Es decir, conocer nuestros síntomas y emociones, y llegar a tomar conciencia reconociendo cuando una situación me genera malestar, ansiedad, angustia.

Y ahí, a tiempo, puedo llegar a salvarme de esa situación incómoda. ¿Cómo? Desplegando mis herramientas: 

– Meditando.

– Respirando profundo unas cuantas veces.

– Cambiando pensamientos negativos por positivos.

– Poniendo cada pensamiento en una nube y dejar que esta se vaya.

– Pensando en cosas que me hagan feliz y me generen bienestar. 
 

¿Qué pasa después de un ataque de pánico?

Luego de un ataque de ansiedad el cuerpo queda muy cansado. También la mente, diría que sobre todo la mente. Ya que desgastó muchísima energía para volver a poner nuestro cuerpo y mente en equilibrio. 

Puede costarnos recuperar la concentración en las actividades diarias, podemos atravesar unas noches de insomnio, o al menos de conciliación. También pueden quedar ciertos músculos tensionados, alguna contractura. Inclusive sudoración excesiva o mareos. 

¡No dejen de recurrir a un profesional si estos síntomas persisten! Ya que les resta calidad de vida

Siempre pero siempre hay que buscar aliviar el malestar como sea. Esa es la urgencia máxima. 

10 recomendaciones prácticas para atravesar momentos ansiosos 

1. Tener sesiones con  un psicoterapeuta con enfoque cognitivo conductual.

2. Consultar con un médico para que revise tus niveles de glucosa en sangre.

3. Otra opción puede ser ver a un terapeuta alternativo que, por ejemplo, te receta homeopatía, acupuntura, masajes para relajar tus músculos y equilibrar tu cuerpo. 

4. Consultar con un nutricionista para que te ayude a darle a tu cuerpo nutrientes para fortalecer tu sistema nervioso e inmunológico. 

5. Realizar una buena rutina de actividad física.

6. Buscar ayuda espiritual para reconectar con tu esencia desde el amor (y no desde el miedo o el control).

7. Practicar mindfulness.

8. Reducir fuentes de preocupación. No hacer de todo algo personal.

9. Vivir el momento y disfrutar de tus días.

10. ¡Confiar en vos mismo! Confiá en que podés lograr los cambios que te propongas, es cuestión de constancia y amor propio.

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