Cómo pulir la superficie de la estufa sin dañarla: trucos para recuperar el brillo

Dia uno
Dia uno

Una estufa reluciente es un perfecto complemento a una cocina limpia y en buen estado, por desgracia no siempre se tiene el resultado que se desea, pues la estufa es muy fácil de ensuciar y muy difícil de limpiar y pulir. Afortunadamente existen trucos que dejarán la estufa reluciente y brillosa sin necesidad de recurrir a productos y trucos de limpieza tan elaborados. A continuación, cómo pulir la superficie de la estufa.

Limpia tras cada uso

La primera recomendación para tener una estufa brillante y limpia es que tras cada uso limpies la superficie con un trapo. Para esto, el paño debe estar completamente limpio y deberás remover todos los residuos que mantiene en la superficie. Esto además de ayudar a pulir, eliminará la suciedad y con ello el riesgo de aparición de algunas plagas en la superficie.

Pasa un paño o esponja

Otra recomendación para que la estufa se mantenga pulida es no utilizar materiales muy agresivos para limpiar la superficie, pues de esta manera el acabado se daña y pierde su brillo. Lo indicado sería utilizar paños de algodón o esponjas para que no se raye y se pula tras cada limpiada. Es importante ser constante y no dejar que la suciedad se acumule, pues de lo contrario al momento de dar limpieza la cochambre será mucho más difícil de retirar, lo que necesitará materiales más agresivos y daño en el acabado.

Vinagre blanco y bicarbonato

Si quieres una sustancia para que la superficie se vea realmente pulida, entonces la siguiente mezcla será la solución. Lo único que necesitarás es vinagre blanco y bicarbonato de sodio, mezcla y revuelte muy bien hasta crear una pasta con estas dos sustancias, después vierte por toda la superficie de la estufa para dejar reposar por unos 20 minutos. Una vez que la mezcla esté lista y hayas dejado reposar, entonces es hora de limpiar y secar. Verás cómo este truco será ideal para que la estufa quede pulida y se mantenga reluciente.

Recuerda ser constante con cada uno de estos trucos, pues una buena limpieza y sin materiales agresivos será lo que haga la diferencia entre una estufa pulida y opaca.

Limpia y pule los cristales del horno

Ahora que la superficie de la estufa está pulida, entonces es turno de hacer lo mismo para el horno, en este caso será diferente, pero también se necesitará bicarbonato de sodio. Para esto Armandhamer recomienda el siguiente procedimiento:

  • Mezcle en un tazón 1 cucharada de sal, 2 de agua y media taza de bicarbonato de sodio para hacer una pasta espesa y arenosa, con la consistencia del glaseado de pastel, agregando agua adicional 1/2 cucharada a la vez si es necesario. Esta receta hará suficiente para limpiar profundamente el piso de un horno. Triplique la receta si está haciendo la parte posterior, los lados, el techo y el piso del horno.
  • Retire las rejillas de su horno. Usando una espátula, cubra todas las superficies de metal o vidrio con la pasta. Cierra la puerta del horno y déjalo toda la noche en el horno frío. La pasta se endurecerá por la mañana.
  • Una vez que la pasta se haya endurecido, use la espátula de goma y toallas de papel húmedas y tibias para aflojar y limpiar el bicarbonato de sodio y la suciedad. Revelará la superficie original libre de manchas del horno debajo y su horno habrá pasado por un cambio de imagen extremo.

TAGGED:
Share this Article