Condenada por esclavizar y torturar a una niña misionera seguirá presa

Dia uno
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La víctima padeció una situación de reducción a la servidumbre desde los tres a los diez años. Su madre, oriunda de Posadas, la dejó al “cuidado” de una familia de Buenos Aires.

La Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal le rechazó la apelación a la defensa de una mujer que fue condenada a seis años de prisión por esclavizar a una menor oriunda de Misiones, a quien entre otras cuestiones, torturaba, no la higienizaba y tampoco la escolarizó, señalaron fuentes judiciales.

La imputada además fue declarada coautora junto a otro individuo (que recibió el mismo monto de años a cumplir) por el delito de la sustracción de un bebé, hermano de la anterior víctima.

La resolución fue comunicada y notificada a las partes a finales de la semana pasada, luego de que las defensas solicitaran la absolución de ambos involucrados.

La causa, según consta en el expediente, se inició en 2008 cuando una mujer madre de cuatro hijos pequeños y domiciliada en Posadas se fue a vivir a Buenos Aires. La alojó una familia vinculada a otra residente en Misiones y donde ella realizaba tareas domésticas.

Una vez allá y pasado un tiempo, regresó a la tierra colorada, dejando a su hija de tres años con la familia bonaerense.
En 2015, al no tener un lugar para vivir, la mujer regresó a Buenos Aires, alojándose nuevamente en la casa donde había estado siete años antes.

Fue allí que comenzó a darse cuenta, por indicios y testimonios que entre 2008 y julio de 2015, mientras su hija que en ese entonces tenía casi 10 años, quedó bajo el -prometido- cuidado de una mujer cuyo alias es “Carola”, ésta redujo a la niña a servidumbre. En ese contexto, obligó a la menor a realizar las tareas domésticas de la vivienda donde convivía el grupo familiar (integrado por otras seis personas adultas), a la par que era sometida a malos tratos, tanto de índole física como psicológica.

La pequeña también fue obligada a dormir en el suelo y a servirle a la dueña de casa la comida en la cama, habiéndose comprobado también que la niña no fue escolarizada en todo ese período; lavaba, limpiaba, planchaba y no recibió atención médica y tuvo escasa alimentación.

A su vez, sufrió variadas agresiones; como, por ejemplo, resultar golpeada con una chinela o quemada con la hoja de un cuchillo caliente, indicó el fiscal de la causa. No la dejaban salir de la casa ni jugar con otros menores y tampoco le compraron juguetes.

Por último, también quedó acreditado que, en aquellas serviles condiciones de vida, la menor presenció situaciones de consumo de drogas y de relaciones sexuales en aquel grupo familiar e, incluso, pudo haber sido sedada en alguna ocasión para dormir, precisó la misma fuente.

El sometimiento de la víctima finalizó cuando su madre, enterada de lo que estaba ocurriendo, la trajo de regreso a Misiones en la citada fecha de julio de 2015.

Testimonios

Durante el juicio oral y a modo de ejemplo, pueden mencionarse los testimonios de dos mujeres, quienes trabajaban en un Hogar donde estuvo un tiempo la menor tras judicializarse el caso, luego de ser rescatada por su madre y mientras se iniciaba la investigación.

Las testigos declararon -respectivamente- que la menor “…se emocionó mucho cuando vio una cama por primera vez, ya que, según sus comentarios, dormía en un subsuelo donde también había animales. No estaba alfabetizada y se tuvo que trabajar con la escuela para alfabetizarla. Tampoco tenía vacunas y, por lo tanto, se tuvo que trabajar mucho con relación a su salud física y emocional…”.

Agregaron que “… tenía una lesión en una de sus piernas y la niña adujo que esa lesión se la habían hecho cuando vivía con la citada familia y con un cuchillo caliente, por haber hecho algo mal. Que esto lo supo por el reconocimiento médico que se le realizó al ingresar al hogar, cuyo informe obra en el legajo personal de la niña. La misma le relató a la testigo que hacía todas las tareas de la casa desde niña, como lavar, planchar y limpiar. Que cuando llegó al hogar donde fue alojada, y pese a la presencia del personal de limpieza del lugar, no lograba conectarse con su niñez, sino que estaba todo el tiempo limpiando.

También carecía de hábitos de higiene, ya que nunca se había lavado los dientes o el pelo, ni se había dado una ducha”. La testigo dijo que la niña había vivido en una situación de servidumbre…”.

El robo del bebé

Mientras la mujer oriunda de Misiones estuvo de regreso en Buenos Aires y tratando de rescatar a su hija de la pesadilla que estaba atravesando, sucedió algo insólito y grave a la vez.

Integrantes de la misma familia donde estaba alojada le sustrajeron su bebé de un mes de vida. La criatura fue entregada por un conocido de “Carola” a una pareja que lo inscribió como su hijo en La Rioja, al mes prácticamente de haber sido sustraído. Para la Justicia, la imputada “Carola” fue también responsable de la sustracción del menor, que por fortuna fue recuperado por las fuerzas de seguridad en un allanamiento. Por ese caso hay dos prófugos desde 2018, un hombre y una mujer.

Un detalle no menor es que durante el debate salió a la luz la situación de vulnerabilidad de la madre de los menores, a quien la imputada le hizo firmar en 2021 una mediación para desistir de procesos penales, a lo que la mujer oriunda de Misiones dijo “no entender ni recordar lo que firmó”, por lo que estas documentaciones fueron desestimadas por los jueces para el juicio.

El caso llegó recién a debate el año pasado, cuando fueron condenados tanto “Carola” como el hombre que inscribió al bebé como su hijo.

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