Especialistas de un hospital veterinario advirtieron anomalías cardíacas graves y un deterioro profundo del estado de salud, en perros y gatos infectados con la cepa británica de coronavirus.
Los animales desarrollaron síntomas de insuficiencia cardíaca, como letargo, falta de apetito, respiración rápida o falta de aire, así como arritmias graves que ponían en peligro la vida (latidos cardíacos irregulares). Dos de los casos incluyeron episodios de desmayos. Otras pruebas revelaron que tenían miocarditis.