La crisis existencial muchas veces se siente así: “No sé que hacer de mi vida”, “¿Me tomo un año sabático?”, “¿Acepto ese trabajo que siempre quise o apuesto a ser independiente?”, “¿Quiero realmente estar en pareja o estoy acostumbrado a estarlo?”, “No sé si quiero tener hijos”, etc.
¿Por qué aparece la crisis existencial?
La crisis existencial se caracteriza por profundos cuestionamientos acerca de los aspectos generales de la vida. En general no tiene que ver ni con aspectos económicos, ni con ser hombre o mujer, ni ser adolescente o tener 50 años.
Suele aparecer cuando los esquemas mentales con los que nos sentíamos cómodos, ya no están siendo efectivos. Entonces, no sabemos bien qué camino seguir para alcanzar la propia autorregulación emocional.
Por lo general, viene acompañado de una sensación de malestar, vacío, angustia, ansiedad y sentimiento de fracaso.
Esto puede llegar a ser mentalmente agotador y provocar algunos trastornos psicológicos, que si no se resuelven a tiempo y de manera correcta, pueden cronificarse y así persistir en el tiempo.
Sin embargo, la crisis existencial también puede dejar grandes aprendizajes si se atraviesa de manera adecuada (esto sería viviendo y aceptando las emociones como lo que son, y no intentando transformarlas en otra cosa).
Podríamos percibir que crecimos como seres humanos y que nos hizo más fuertes, y estar más preparados en la vida para afrontar las dificultades que pudiesen presentarse en el día a día.
¿Qué síntomas presenta?
La crisis existencial puede manifestarse con sentimientos intensos de malestar psicológico.
Muchas veces se percibe también como una crisis de identidad. ¿Reconocen la sensación de sentir que tenemos todo bajo control, hasta que no? Allí es donde nuestro equilibrio comienza a verse afectado y nos sentimos fuera de eje.
“Si no puedo controlar esto, entonces tampoco podré aquello” y así nuestra mente y pensamientos se disparan y van a lugares ansiosos y oscuros.
Pueden atravesarnos cuestionamientos del estilo:
- ¿Qué hago yo acá?
- ¿Para qué trabajo tanto?
- ¿Cuál es el verdadero sentido de mi vida?
- ¿Y si hago un giro de 180 grados en mi vida?
Preguntas que seguramente, hasta ese momento, jamás nos habíamos realizado, ya que creíamos que lo teníamos muy claro.
¡Te dejo un ejemplo!
Josefina de 25 años acaba de recibirse de abogada, como su papá, sus dos hermanos y su abuelo. Josefina siempre creyó que era la carrera y profesión de su vida. Nunca dudó ni por un segundo que ni bien terminara el colegio ingresaría a la universidad de derecho.
Pero a Josefina también le apasiona la moda, y tiene un conocido que le contó que se va a hacer un curso de asesoría de imagen a Londres. Ahora, no puede parar de pensar en eso.
Josefina realmente no sabe qué hacer, tiene muchos sentimientos encontrados. Por un lado, quiere seguir sus instintos y su pasión e irse a Londres y probar si es por ahí. Por otro lado, teme decepcionar a su familia, quienes la apoyaron mucho durante sus estudios y accedieron a pagarle un postgrado en el exterior.
A Josefina toda esta situación le está haciendo mal. Empezó a tener episodios ansiosos antes de irse a dormir, llora, siente angustia, y durante el día tiene intensos momentos de malestar.
Cree que necesita ayuda. Empezará terapia para ver un poco de claridad en todo este asunto.
Estoy pasando por una crisis existencial, ¿y ahora?
Cuando atravesamos una crisis, nos toca enfrentar una nueva realidad, nuevos cuestionamientos y nuevas posibilidades.
Suele llevarnos a lugares introspectivos y de autorreflexión. Esto implica un costo emocional porque los recursos con los que siempre contaba ya no son suficientes.
Por otro lado, las crisis existenciales pueden también traernos consecuencias a nivel conductual. Podemos comenzar a movernos y relacionarnos de otro modo a raíz de la crisis que estamos atravesando.
Algunas veces podrán vernos más apacibles, o más introvertidos. En otras ocasiones podríamos estar más ansiosos, algo angustiados. A veces también podríamos llenar nuestro día de mil actividades, intentando evitar de este modo enfrentarnos a lo realmente importante.
Lo peor que podría pasar en una persona atravesada por una crisis existencial, es formar una imagen negativa de sí misma, del mundo, del futuro, y crear creencias irracionales sobre la vida.
Cuando pasa esto, o la crisis se prolonga en el tiempo, es bueno pedir ayuda y contar con algún profesional de salud mental que nos vaya guiando y acompañando.
Una vez superada la crisis existencial, se genera una sensación de mucha satisfacción. Y uno logra sentir que puede volver a conectar con su interior, con su estructura, con su manera de pensar y de sentir.