Defensa de Pablo Schoenfisch pidió su absolución por el beneficio de la duda en el asesinato de su madre

Dia uno
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En una extensa jornada de alegatos, la defensa de Pablo Schoenfisch buscó desmontar la acusación en su contra por el homicidio por alevosía en perjuicio de su madre, Faustina Antúnez, y el intento de homicidio de Arnoldo Schoenfisch, ocurrido en mayo del 2020.

El abogado Fabián De Sá sostuvo que la investigación careció de elementos objetivos que ubiquen al joven en el lugar al momento de los disparos y, sumado a un detalle técnico de las pericias científicas, la parte acusada pidió la absolución del joven por el beneficio de la duda. El debate se reanudó este jueves desde las 9:30 en el Tribunal Penal Uno de Eldorado.

“Ningún testigo pudo ubicar a Pablito en el lugar del hecho”, afirmó De Sá, y recordó que la abuela del acusado declaró que “su casa sonaba mucho, los pisos de madera, o sea que hubiera escuchado si él salía”, y que en la madrugada del 14 de mayo -cuando ocurrió el crimen-, “cuando pidió su asistencia para hacer sus necesidades, Pablo la asistió”.

Para De Sá, “no hay ni una sola prueba que ponga a Pablito en el lugar del hecho”. Cuestionó además el hallazgo de un guante considerado prueba clave, al señalar inconsistencias en su procedencia: “La misma testigo que dice del empujón a la madre, que nadie corroboró, del maltrato… ella encuentra esos guantes, y Elvira (la abuela del acusado) dice cómo lo encuentran. Si podíamos decir que se trata de un implante, tranquilamente se podría decir que se trata de un implante”.

En esa línea, apuntó a la falta de garantías sobre su valor pericial: “Ese guante de lana, con algo de cuerina también, ¿puede asegurar que no traspase el resto de pólvora?”.

El abogado también puso en duda la posibilidad de que Arnoldo haya identificado a su agresor. “Arnoldo afirmó que fue Pablito. ¿Y cómo puede ver Arnoldo que fue Pablito si el hecho fue a la madrugada, con la luz apagada, y él quedó ciego automáticamente? Explíquenme eso”, discutió. Según su reconstrucción, Arnoldo sólo pudo haber presumido: “Si hubiera dicho ‘presumo que fue Pablito’, un padre puede sospechar. Pero no lo vio”.

Sobre el peritaje del guante, insistió: “Cómo el guante puede tener resto de disparos y no puede tener sangre”. Aseguró que la retroproyección de sangre (back spatter) es “un principio físico” inevitable y señaló que la prueba científica sobre el ángulo del disparo contradice ciertos testimonios.

En cuanto a la mecánica del crimen y la forma en la que se ultimó a Faustina Antúnez, la abogada María Laura Alvarenga argumentó ausencia de muestras genéticas en el revólver usado, así como en guantes y en el suelo de la casa de los Schoenfisch de donde se tomaron muestras de sangre. «En Pablo no hay rastros de sangre de Faustina, ni de Arnoldo, ni restos de pólvora».

Al mismo tiempo, explicó que «la persona que disparó tuvo que haberlo hecho muy cerca del centro de la cama y a una distancia muy corta. Dos personas, conforme a la acusación de la causa, que no hayan escuchado, ni despertado o defendido cuando un tercero en un entorno de oscuridad, haya permanecido apacible esperando un disparo, es muy poco lógico y poco cercano a las máximas de la experiencia». 

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