Cada 30 de noviembre se celebra la infusión nacional en homenaje a Andrés Guacurarí y Artigas, el único gobernador indígena de la historia argentina y un impulsor clave de la producción de yerba mate. La bebida ícono evoluciona, diversifica sabores y expande su presencia global.
Hoy se celebra en todo el país el Día Nacional del Mate, una fecha establecida por la Ley 27.117 en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, “Andresito”, ocurrido el 30 de noviembre de 1778. Caudillo guaraní, líder misionero y el único gobernador indígena de la historia argentina, fue también un gran impulsor de la producción y distribución de la yerba mate.
La infusión nacional llega a su día con un consumo en crecimiento y un proceso de transformación que acompaña nuevos hábitos y preferencias. Lo que durante generaciones fue el mate tradicional se expandió a un concepto más amplio —“modo como más te guste”— que abarca múltiples formas de preparación, combinaciones de sabores y usos en gastronomía y productos derivados, sin perder su esencia: un alimento natural, saludable y con fuerte identidad cultural.
Una infusión con reconocimiento internacional
El mate traspasó fronteras y ganó notoriedad mundial impulsado por figuras como el papa Francisco y Lionel Messi, lo que multiplicó su visibilidad en medios globales como National Geographic y The New York Times. Su singularidad como alimento energizante, rico en antioxidantes, vitaminas y minerales lo posicionó como un producto atractivo en mercados emergentes.
Con materia prima originaria de la Selva Paranaense y llevada a cultivo sistemático por los colonos de Misiones y Corrientes hace más de 120 años, la Yerba Mate Argentina se destaca por su innovación, su diversidad de sabores y la evolución de accesorios vinculados a su ritual, desde mates de calabaza, madera o cerámica hasta modelos térmicos, de acero inoxidable o eléctricos.
Diversidad de estilos y nuevas tendencias de consumo
Si bien el mate tradicional sigue siendo protagonista, cada vez más consumidores optan por yerbas saborizadas, mezclas con hierbas o frutas, versiones orientadas al cuidado ambiental, bebidas listas para tomar y formatos instantáneos. Entre las tendencias más recientes se encuentran las preparaciones en taza tipo “matcha” (Maycha Yerba Mate), helados, cócteles con yerba soluble, y hasta productos cosméticos por su potencia antioxidante.
El abanico de consumos también se amplió en torno a los recipientes, los contextos y las modalidades: desde el clásico mate amargo o dulce, hasta el tereré, ideal para el verano, y el tradicional mate cocido en tazas.
Una tradición que conecta
El mate es mucho más que una infusión: es un símbolo de identidad nacional. Acompaña momentos cotidianos —hogar, estudio, trabajo o descanso— y sostiene un ritual social de camaradería que define códigos y gestos compartidos. En ronda o individual, sigue ocupando un rol emocional, cultural e histórico clave.
En este día, Argentina celebra un producto que nació en la tierra guaraní, se consolidó con el trabajo de miles de productores, secaderos, cooperativas e industrias, y hoy se abre camino en el mundo sin perder lo más valioso: su historia, su cultura y su capacidad de conectar.