Una familia de cuatro integrantes necesitó $41.994,86 para superar el umbral de pobreza en marzo de 2020: 3,0% más que el mes previo y 46,1% más que en marzo de 2019. La suba es menor al porcentaje de inflación registrado, pero los datos son abrumadores en cuanto a la diferencia del costo de vida en el centro del país y en Misiones.
Mientras que que el costo de la Canasta Básica en Buenos Aires aumentó a 17353,25 pesos, en Misiones para el mismo grupo familiar, se elevó a 18,469.31 pesos.
Pero la diferencia es más profunda cuando se comparan los números de la Canasta Básica Total, que incluye servicios y alquileres: 41994,86 en Buenos Aires y 47,357.19 en Misiones.
El costo de los productos que integran la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subió 3,4 % en marzo, lo que determinó que una familia conformada por dos adultos y dos hijos menores necesitará ingresos por $ 17.353,25 para no caer en la indigencia, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
En tanto, el costo de la Canasta Básica Total (CBT) subió 3 % durante marzo, con lo cual una familia, integrada por dos adultos y dos menores de seis y ocho años, necesitó de $ 41.994,86 para no caer debajo de la línea de la pobreza.
De esta forma, la Canasta Alimentaria, que mide la evolución de los precios de productos alimenticios necesarios para la subsistencia, y que marca el umbral por debajo del cual se cae en la línea de indigencia, acumuló una suba del 11,4 % en el primer trimestre del año.
Por su parte, la Canasta Básica Total, que mide la necesidad de alimentos y bebidas, indumentaria y el pago de servicios, subió 7,8 % entre enero y marzo, 3,6 puntos porcentuales menos que los productos alimenticios de primera necesidad debido a que permanecen congeladas las tarifas de los servicios públicos y el transporte desde principios de año.
La última medición del Indec, dada a conocer en marzo sobre datos del segundo semestre del 2019, registró que el 35,5% de los habitantes estaban por debajo de la línea de la pobreza, lo que representó un aumento de tres puntos y medio frente al 32% registrado a finales del 2018.
En tanto, el nivel de indigencia medido entre julio y diciembre del año pasado fue de 8%, con un incremento de 1,3 puntos en relación al 6,7% del segundo semestre de 2018.
De esta manera, sobre una población de 47 millones de habitantes, alrededor de 16,4 millones de personas no tuvieron los ingresos suficientes para adquirir la alimentación, servicios básicos e indumentaria, que se requieren para no ubicarse por debajo de la línea de pobreza, entre los cuales, 3,7 millones no tenían dinero ni siquiera para alimentarse todos los días.
Desde el Observatorio de Deuda Social de la UCA, su director, Agustín Salvia, advirtió que el impacto económico de la paralización de actividades por la pandemia de coronavirus incidirá en todos los sectores, pero perjudica fundamentalmente a los sectores medios y bajos.
Salvia, dijo que los números más recientes fueron elaborados por el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), que dieron cuenta de un incremento de 5 puntos porcentuales de la pobreza hasta las primera semana de abril, sin tomar en cuenta el impacto de la ayuda económica dispuesta por el gobierno para los sectores de menores recursos.
“Para el Observatorio de la Deuda Social (de la UCA) el 2019 cerró con un nivel de pobreza de 40,8%, y según Cedlas hubo un aumento de 5 puntos, de ahí surge que en situación de pobreza se encontraría el 45%” de la población, precisó Salvia y agregó: “La situación se fue agravando en abril”.
La semana pasada, Salvia describió que la situación actual potenciada por las medidas de aislamiento destinadas para morigerar el coronavirus hace “no que tengamos un empobrecimiento de los más pobres, sino de la clase media baja. Esos son los sectores que han profundizado la situación de la pobreza”.
Sobre la posible salida de la crisis después de la pandemia de coronavirus, Salvia opinó que debería hacerse a través de “un pacto redistributivo”.
“Vamos a necesitar exportar más en un mundo que ojalá nos compre, pero también vamos a necesitar producir más para el mercado interno y que haya más consumidores. Esto implica un acuerdo económico y social y al mismo tiempo político”, estimó.
Fuente: Telam