Vivimos tiempos turbulentos, la realidad es innegable. En el dinámico escenario político de Argentina, donde las opiniones divergentes y las ideologías compiten ferozmente por predominar, la elección entre ser pragmático o dogmático se convierte en un tema crucial. En esta disyuntiva, el pragmatismo emerge como una virtud fundamental, capaz de conducir a soluciones efectivas en un país que atraviesa un proceso marcado por la complejidad.

Cuando hablamos de pragmatismo político, nos referimos a acciones caracterizadas por su enfoque flexible, adaptable a los tiempos y orientado hacia los resultados. En las sociedades líquidas contemporáneas, la realidad se ha vuelto cambiante y en estos contextos, el pragmatismo permite la adaptabilidad a las circunstancias y sobre todo las demandas sociales del momento.
Uno de los mayores beneficios del pragmatismo en la política, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que transitamos, es su capacidad para promover el consenso y el diálogo constructivo. En escenarios donde la polarización se transforma en un obstáculo para el progreso, el pragmatismo permite alcanzar puntos en común y trabajar en soluciones que beneficien a la mayoría, sin quedar atrapados en las limitaciones que imponen los sesgos ideológicos. Al adoptar una perspectiva basada en la acción racional y la adaptación constante, los políticos pueden enfrentar los desafíos actuales con eficacia y eficiencia, buscando siempre el bienestar de toda la sociedad.
El pragmatismo político encuentra un eco en las enseñanzas de Nicolás Maquiavelo en su emblemática obra “El Príncipe”. El reconocido filósofo político y figura relevante del Renacimiento italiano sostenía que en lugar de aferrarse a ideales abstractos, los gobernantes debían adaptarse a las circunstancias cambiantes.
En el contexto que vivimos, donde la política está marcada por la complejidad, la competencia y niveles extremos de polarización, el enfoque pragmático de Maquiavelo resuena como una guía para la acción política, instando a la clase dirigente a tomar decisiones basadas en la realidad concreta.
La búsqueda y consolidación de la paz está en la esencia de cualquier pacto social. Acotar las divisiones, enmendar errores y reparar daños, desalentar los enfrentamientos, sanar rencores y resentimientos, levantar a los caídos e incluir a los marginados, y, en lo posible, neutralizar todo motor de violencia, constituye la esencia de un buen gobierno y cimenta cualquier programa que aspire a un futuro viable.
La orientación hacia la paz, superando rencores, envidias, pugnas y divisiones, configura una piedra fundamental para cualquier sociedad y, necesariamente, un eje central también de nuestro reflexionar.
La construcción de una sociedad que trabaje por el bien común requiere de acuerdos y de proyectos a largo plazo. El diálogo es la herramienta fundamental que nos permite avanzar, poniendo los argumentos por encima de los intereses personales.
El diálogo nos hace capaces de descubrir que no coincidimos en todo ni estamos en todo en desacuerdo; nos permite fortalecer lo que nos une y aceptar lo que nos divide, buscando también consensos en decisiones difíciles.
La comunidad política es auténtica cuando existen vínculos reales y solidarios que, en medio de las diferencias, van más lejos de una superficial tolerancia o de respeto por las normas, sino que se realiza en la construcción colectiva de un nosotros que solo se hace posible desde el respeto por la dignidad de todo ser humano y la confianza en las instituciones.
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Una nueva etapa en la política institucional de Misiones
Si hacemos un repaso de la historia legislativa reciente, podemos recordar que en épocas pasadas el edificio que alberga al Poder Legislativo era antiguo y se encontraba en estado ruinoso. En aquellos tiempos, las bancadas opositoras no sólo se expresaban distinto, sino que también se ausentaban del recinto. No se sabía a qué hora arrancaban las sesiones y mucho menos a qué hora terminaban. Era una lucha de todos contra todos y había una muy pobre gestión parlamentaria.
En ocasión de la última sesión ordinaria del año 2021, el entonces presidente de la Cámara Carlos Rovira destacó el clima que se vivía dentro de la Legislatura provincial: “una atmósfera absolutamente distinta. Esto habla de que Misiones está lejos de la grieta nacional, donde podemos, más allá de los disensos, de los pensamientos, que obviamente creo que, ni siquiera acá hay mayorías y minorías; hay cuarenta pensamientos diferentes porque somos diferentes personas y así debe ser”.
En aquella oportunidad, en el mismo orden de ideas agregó: “yo los animo a hacer el rescate, para eso están las estadísticas también, y los soportes históricos de este poder, y hacer un comparativo de cómo hemos evolucionado desde cámaras y parlamentos donde no se respetan ni siquiera el horario. No se sabía en qué momento iba a comenzar una sesión y menos en qué momentos terminaban. Ni hablar para el quorum. En Buenos Aires para sesionar, primero hay que habilitar el quorum, en el 90% de las sesiones, el quorum hizo fracasar las sesiones. Desviar la posibilidad de que el Pueblo tenga habilitado el debate, ni siquiera de sanciones de leyes estamos hablando. Bueno, justamente nos marco lo distante. Y también nos promueve a seguir progresando y profundizando esta cuestión.
El 10 de diciembre habrá recambio legislativo en la provincia, pero será mucho más que eso: se abrirá una nueva etapa en la política institucional de Misiones. Las elecciones del 8 de junio, en donde el Frente Renovador se impuso bajo el liderazgo de Sebastián Macías, arrojaron un nuevo mapa político. La Cámara de Representantes funcionará bajo un esquema inédito desde el regreso de la democracia que tendrá como elemento saliente la convivencia de dos fuerzas políticas con peso propio, el Frente Renovador de la Concordia y La Libertad Avanza que se posicionó como segunda fuerza provincial.
En un país atravesado por tensiones políticas y una economía en crisis, la clase dirigente se encuentra obligada a estar a la altura de las circunstancias. Tanto el Frente Renovador de la Concordia como La Libertad Avanza tendrán la responsabilidad de construir una dinámica de diálogo, algo que durante la presidencia de Carlos Rovira se transformó en el principal activo del Parlamento Misionero y hoy es el mayor ejemplo del entendimiento democrático entre las distintas fuerzas políticas.
Macías llegará a la Cámara de Representantes con un capital político poco frecuente para un dirigente joven. No sólo encabezó la lista más votada en las elecciones provinciales del 8 de junio, sino que logró derrotar a La Libertad Avanza, algo que en gran parte del país no sucedió. Su perfil se consolidó a partir de una gestión intensa y con resultados visibles en la Dirección Provincial de Vialidad, desde donde impulsó un programa de obras que transformó la trama urbana de Posadas y llevó infraestructura, conectividad y desarrollo a decenas de municipios misioneros. Ese sólido recorrido lo proyecta como exponente de la llamada “Renovación Neo”, que combina territorialidad, gestión y modernización del Estado.
Desde la visita del ministro del Interior Santilli, la relación política entre la Renovación y La Libertad Avanza adquirió un tono pragmático y colaborativo. El encuentro del enviado de Milei a Misiones con las máximas autoridades provinciales dejó un claro mensaje: la Nación necesita el acompañamiento de la provincia, y el Gobierno Misionero espera que después de años de promesas incumplidas comiencen a saldarse deudas históricas vitales para el desarrollo de nuestra provincia. Misiones reclama un paquete de beneficios concretos con impacto directo en la vida cotidiana de cada misionero y que incluye regalías energéticas, fondos previsionales adeudados por ANSES, obras estratégicas, recursos para el desarrollo obras viales y de infraestructura, y compromisos de coparticipación.
A su paso, Santilli elogió el orden administrativo de la provincia y generó expectativas positivas sobre una etapa de cooperación entre la Nación y Misiones. Aún en un contexto de profunda recesión que impacta de lleno en cada hogar, en cada comercio y en cada industria misionera, el gobierno provincial eligió sostener un vínculo institucional respetuoso con la administración nacional de Javier Milei, pese a que la economía nacional todavía no logra ofrecer señales concretas de recuperación.
Los indicadores a nivel nacional no son alentadores, la última semana profundizaron el cuadro recesivo. En Misiones, como en el resto de las provincias, el impacto es fácilmente palpable: el comercio luce anémico, el sector yerbatero parece una crisis que parece no tener fin por la desregulación, la construcción no termina de reactivarse y se reporta un crecimiento en la morosidad en el pago alquileres.
Con estos condimentos, queda claro que el 10 de diciembre no será un mero acto protocolar: será el inicio de una etapa en donde la Legislatura provincial deberá interpretar con madurez la nueva realidad política y económica del país. La convivencia entre el Frente Renovador de la Concordia y La Libertad Avanza exigirá acuerdos, responsabilidad y compromiso para estar a la altura de las necesidades de cada