La naturaleza y sus múltiples formas de vida, ha sido motivo de estudio durante la historia del ser humano, quien siempre se ha sentido fascinado por comprender su entorno y dar una respuesta a las relaciones de los seres vivos con el ambiente.
En la actualidad, los científicos han hecho exhaustivos estudios para conocer la flora y fauna que nos rodea, pero, sobre todo, saber si se encuentran amenazados por las actividades humanas. Los biólogos son las personas encargadas de estudiar cualquier forma de vida y sus relaciones con el ambiente y, a diferencia de otras personas, ellos sienten una gran fascinación por todos los seres, sin importar si son imponentes ballenas o una cucaracha.
Así es como un experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrollo una tecnología para poder escuchar los sonidos de la naturaleza, los cuales suelen pasar desapercibidos para las personas.
El oído humano puede ser muy sensible a ciertos tipos de sonido, sin embargo, existe otros que son indetectables si no se usan las herramientas adecuadas. Las personas cuando piensan en sonidos emitidos por la naturaleza, suelen imaginar aquellos producidos por aves, la caída de una cascada o cántaros rodados de ríos, al igual que el viento o las hojas de los árboles al ser aplastadas, sin embargo, la naturaleza tiene más formas de sorprendernos de lo que pensamos.
¿Alguna vez te has preguntado que ruido emite un milpiés?
Los milpiés (nombre común) o diplópodos, son una clase de miriápodos que se caracterizan por tener dos pares de patas articuladas en la mayoría de sus segmentos corporales dobles, o diplosegmentos.
Estos pequeños insectos son duros por fuera y se alimentan de materia vegetal en descomposición. A pesar de no tener un aspecto agradable, estos animales llevan a cabo servicios ecosistémicos importantes.
Muchas personas tienen la teoría de que estos pequeños animales pueden picar, pero, esto es del todo falso, aunque, tienen un mecanismo de defensa que les permite segregar una toxina que es irritante y provoca una sensación de «quemazón» en la piel, que suele venir acompañada de enrojecimiento, hinchazón y dolor local. Por eso es importante no molestar a estos animales, evitar tocarlos y dejar que sigan su curso.
Sin duda alguna, lo que para muchos representa un animal más, para este científico es todo lo contrario. Esaú Villarreal, Biólogo de la UNAM, no quiso quedarse con la duda y ha dedicado la última década al desarrollo de una tecnología que permita escuchar sonidos que, el oído humano no detecta.
De acuerdo con el biólogo, los sonidos son una forma de entender la fauna. «El sonido tiene muchas implicaciones positivas y ventajas cuando se habla de monitoreo de fauna silvestre y muchas de esas escuchas que hacemos de las aves, de los anfibios, tienen una firma característica», expresó Esaú Villarreal.
«Me tuve que ir, literalmente, a trabajar con los ingenieros porque no es el experto en el campo de la biología», todo con la finalidad de lograr construir un robot capaz de identificar el canto de las aves, compartió el biólogo.
Desde entonces Villarreal se ha dedicado a desarrollar productos tecnológicos para estudios de bioacústica. Estos micrófonos parabólicos funcionan como si fueran telescopios, ya que permiten escuchar animales que estén muy lejos como si se encontraran a nuestro lado.
Así fue como el biólogo ha logrado grabar sonidos, incluso, de milpiés, lo cual ha sorprendido a la comunidad científica, ya que la bioacústica es un área poco estudiada en México.
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