El Superior Tribunal de Justicia de Misiones enmendó un fallo anterior, recalificando el homicidio de Antonella Bernhardt como femicidio y sentenciando a Cristian Daniel Vargas a prisión perpetua. La sentencia subraya la importancia de aplicar una perspectiva de género en los casos de violencia contra la mujer. La joven fue asesinada de una puñalada en la garganta en su departamento en el barrio El Brete de Posadas, el 4 de abril de 2019.
El Superior Tribunal de Justicia de Misiones (STJ) recalificó como femicidio el crimen de Antonella Rocío Bernhardt, quien tenía 27 años y fue asesinada en su departamento del barrio El Brete de Posadas en el año 2019.
El acusado, Cristian Daniel Vargas, de 35 años, había sido fue juzgado y condenado por el Tribunal Penal 1 de Posadas, el 13 de noviembre del 2023, a la pena de 20 años de prisión, como autor de homicidio simple. Ahora, tras los recursos de casación presentados por el fiscal Martín Alejandro Rau y el abogado querellante Mauricio Fausto Vergara, el STJ revirtió el fallo emitido por los jueces Viviana Cukla, Gustavo Bernie y Ángel Dejesús Cardozo, recalificando el delito como femicidio y condenándolo a prisión perpetua.

El Fiscal Rau, en declaraciones a Misiones Online, destacó que los jueces del STJ “resolvieron el recurso condenando a perpetua como pedimos nosotros con la querella”, y se mostró “conforme”, con tal decisión.
“Yo sostuve mi opinión y el órgano superior nos dio la razón. Si es justicia o no depende de quién responda. Seguramente el defensor dirá que no. La querella que sí. Yo sostuve que el imputado debía responder como autor de femicidio y cumplir perpetua. Eso se resolvió. Desde mi óptica es lo que corresponde conforme al derecho”, concluyó el fiscal.

Los fundamentos de la resolución del STJ
La resolución del STJ se centró en la supuesta errónea aplicación de la ley sustantiva por parte del tribunal inferior y su omisión de analizar el caso con perspectiva de género. Al respecto, el alto tribunal subrayó que la expresión “contexto de violencia de género” en la figura delictiva remite a un elemento normativo del tipo penal, cuya significación solo puede aprehenderse a través de la interpretación de otras normas o valoraciones sociales.
Esta interpretación permite discernir si los hechos se corresponden con la existencia y materialización de un ambiente propicio para el ejercicio de la violencia del hombre contra la mujer, en razón de la posición desigual de poder, sostiene la resolución.
El Tribunal encontró que el fallo inicial no valoró adecuadamente los elementos que configuraban una relación caracterizada por la desigualdad y la subordinación entre la víctima y Vargas. Esto incluía la vulnerabilidad económica de Antonella y su dependencia de Vargas en relación con las sesiones fotográficas, las cuales involucraban su intimidad e imagen. El Tribunal señaló que Vargas era quien controlaba aspectos de su trabajo, como los horarios, citas y pagos, acentuando el desequilibrio de poder.
Pericia psicológica y declaraciones del femicida
Además, el Superior Tribunal destacó la pericia psicológica realizada a Vargas, que reveló “una actitud tendiente a manipular a su interlocutor con el objetivo de obtener determinados beneficios para sí mismo”, y que percibía a la mujer como un “objeto” o “el complemento que le faltaba al hombre”.
El Tribunal también hizo referencia a las propias declaraciones de Vargas en el debate, en las que manifestó que le dio “dos tapes” a Antonella “para que ella se comience a calmar”, y que “la fuerza de un hombre no es lo mismo que de una mujer… a una mujer la desmayaría, yo le di dos pero no le di fuerte, era para que se calmara”.

Estas afirmaciones fueron consideradas indicativas de una aceptación de reglas sociales que admiten el control del hombre sobre el comportamiento de la mujer y el uso de la violencia para dicho fin, sostuvo el STJ en su resolución.
Por otra parte, si bien recalificó el delito como femicidio, el Superior Tribunal confirmó la decisión del tribunal inferior de no aplicar la agravante de alevosía, porque concluyó que no había pruebas concluyentes para establecer con certeza que Vargas actuó “sobre seguro”, eliminando cualquier posibilidad de defensa de la víctima.
En ese sentido, señala evidencias como una herida contusa con corte en el dedo de la mano izquierda de la víctima y las escoriaciones en el antebrazo derecho de Vargas, que sugerían que hubo algún tipo de reacción defensiva, lo que impedía la configuración de un estado de indefensión absoluta.
Antonella Bernhardt tenía 27 años de edad cuando fue asesinada de una puñalada en la garganta dentro de su departamento en el barrio El Brete de Posadas, el 4 de abril de 2019, por el fotógrafo Cristian Daniel Vargas.
