Los esperados juicios contra varios importantes líderes políticos de Perú llegaron por fin a fase oral esta semana, cuando el expresidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, se sentaron en el banquillo de los acusados.
Humala y Heredia, contra quienes la Fiscalía pide respectivamente 20 y 26 años de cárcel, empezaron a responder por videoconferencia por el supuesto lavado de fondos entregados para las campañas electorales de 2006 y 2011.
Será una prueba de fuego, coinciden expertos. El caso servirá de antecedente para procesos parecidos que tendrán que afrontar otros como los expresidentes Alejandro Toledo y Pedro Pablo Kuczynski y la excandidata presidencial Keiko Fujimori, entre otros.
«El sistema de Justicia tendrá que plantear una hoja de ruta para establecer la interpretación jurídico-penal y la asimilación de los términos de la acusación fiscal», explicó Carlos Rivera, de la ONG Instituto de Defensa Legal, sobre el carácter pionero del juicio.
Será una prueba de fuego, coinciden expertos: el caso servirá de antecedente para procesos parecidos que tendrán que afrontar otros expresidentes y la excandidata presidencial Keiko Fujimori, entre otros.
La fase oral, además, comienza en medio del gran ruido político que afecta a Perú por choques entre Gobierno y oposición, de alertas por supuestos planes de partidos para entorpecer los procesos, de un riesgo real de que la Fiscalía quede acéfala y de un extendido hartazgo popular por la corrupción.
Según la Fiscalía, la pareja montó un esquema para lavar al menos 200.000 dólares dados por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para la campaña de 2016, en la que Humala, con un discurso próximo al de la Revolución Bolivariana, fue derrotado por estrecho margen por Alan García.
La práctica supuestamente se repitió en 2011, cuando Humala, teniente coronel del Ejército, fue candidato de nuevo, esta vez con triunfo. Las aportantes fueron constructoras brasileñas, en especial Odebrecht, que con al menos 3 millones de dólares buscaron ganar la simpatía del líder del Partido Nacionalista, quien al final hizo un Gobierno liberal-conservador.
Las pesquisas del fiscal del caso, Germán Juárez, apuntan a que fue Heredia quien diseñó el esquema para que los fondos se vieran como producto de otras actividades.
El supuesto protagonismo en el tramado de Heredia, hoy de 45 años, explica por qué el Ministerio Público pide para ella una condena mayor que para su esposo, de 59, quien volvió a ser candidato en 2021 pero llegó apenas a un 1,6 % de votos.
Las investigaciones empezaron en 2015, pero apenas llegaron ahora a la fase oral por la complejidad del asunto. En el entretanto, ambos estuvieron nueve meses en la cárcel entre 2017 y 2018 como medida preventiva. Ahora ella está en prisión domiciliaria desde hace 17 meses, mientras que él tiene algunas restricciones de movimientos.
Rivera resaltó que en este caso las acusaciones no son por corrupción propiamente dicha. Es decir, no es que Venezuela o las constructoras pagaran por favores, sino que dieron fondos que Humala y Heredia prefirieron supuestamente manejar a su antojo.
En las primeras sesiones del juicio presidido por la magistrada Nayako Coronado, el abogado de Humala, Wilfredo Pedraza, defendió la inocencia de su patrocinado, mientras que el de Heredia, César Nakazaki, prefirió atacar los que según él son errores de forma.
Fuente : Telam