El huracán Ida tocó tierra cerca del mediodía del domingo con vientos de categoría 4, de hasta 240 kilómetros por hora. Se trata de una de las tormentas más fuertes en los últimos 150 años.
Pie de foto,En Grand Isle, Luisiana, el agua entró a un edificio cercano a la playa. Un video difundido en redes sociales mostraba cómo llegaron oleadas acompañadas de fuertes vientos y lluvias en los momentos más intensos de la tormenta.Pie de foto,La fuerza de Ida al tocar tierra el domingo fue mayor que la del devastador huracán Katrina, el cual también tocó tierra en Luisiana un 29 de agosto. Aquella vez, en 2005, Katrina dejó bajo el agua al 80% de la ciudad de Nueva Orleans y más de 1.800 personas perdieron la vida.Pie de foto,En esta ocasión, Nueva Orleans no estuvo en la trayectoria directa de la tormenta, pero sí padeció las fuertes lluvias y vientos. Las autoridades hicieron un llamado a los habitantes de las zonas de riesgo para que se refugiaran en lugares seguros.Pie de foto,Cuando un huracán alcanza la categoría 4, tiene la fuerza suficiente para causar daños severos a edificios, árboles y líneas eléctricas. En Bourg, Luisiana, los árboles fueron golpeados por los vientos huracanados.Pie de foto,»No hay duda de que los próximos días y semanas van a ser extremadamente difíciles para nuestro estado… pero también puedo decirles que, como estado, nunca hemos estado más preparados», dijo el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards.Pie de foto,Las aguas del río Misisipi estaban muy movidas en las inmediaciones de Nueva Orleans. En un momento, el cauce del río revirtió su dirección, según varios reportes de la prensa local, un fenómeno pocas veces visto.Pie de foto,Refugios comunitarios abrieron las puertas para las personas sin hogar. El presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo que «este será un huracán devastador» y pidió a los habitantes de Luisiana y Misisipi tener precauciones. «Tomen esto muy en serio», advirtió.Pie de foto,Desde el viernes, decenas de miles de personas optaron por salir de Luisiana. El aeropuerto de Nueva Orleans se vio abarrotado el sábado. Para el domingo, todos los vuelos desde y hacia la ciudad fueron cancelados.