El perito confirmó ante el Tribunal Penal Dos que el albañil sufrió fracturas y una pérdida de sangre que resultó letal, y explicó cómo el estado de alcohol influyó en la vulnerabilidad de la víctima.
En la tercera jornada del juicio por la muerte de Carlos Guirula, el médico forense Carlos Wolheim, a cargo de la autopsia, explicó ante el Tribunal Penal Dos de Posadas que la víctima sufrió lesiones compatibles con una golpiza prolongada y violenta.
Wolheim detalló que la pérdida sanguínea por las fracturas costales fue determinante en el fallecimiento: “Un sangrado de 750 ml ya deja inconsciente a alguien: la víctima tuvo un sangrado mayor a 1.500 ml”.
El especialista precisó que Guirula sufrió seis fracturas costales, tres de ellas en el lado derecho, “compatibles con un puntapié”. Además, confirmó que la cantidad total de sangre perdida fue cercana a los 2.000 mililitros, lo que para una persona de 1,80 metros representa aproximadamente el 40% del volumen sanguíneo total.
Wolheim también mencionó el estado de alcohol de la víctima, que aumentó su vulnerabilidad:“Estábamos ante un individuo con 3 gm de alcohol. Entonces no es lo mismo soportar un golpe amortiguando, a que te agarren en estado de confusión”.
Sobre la mecánica de los golpes, el forense aclaró: “No puedo precisar la mecánica del golpe, sí puedo decir que si hubo algún golpe o compresión torácica se pudo provocar ese desplazamiento sanguíneo (pérdida de sangre en las costillas)”.
El testimonio de Wolheim refuerza la hipótesis del Ministerio Público Fiscal, que sostiene que los efectivos policiales golpearon a Guirula durante su detención en el Motel Park y que esa violencia directa provocó la muerte del albañil.