Las autoridades de Francia están en una búsqueda contrarreloj de los ladrones que robaron unas piezas de valor incalculable el domingo del museo del Louvre, pues de lo contrario las joyas podrían ser desmontadas y sacadas del país de forma ilegal.
Cuatro ladrones armados irrumpieron el domingo por la mañana en el Museo del Louvre y robaron ocho joyas de gran valor histórico, entre ellas un collar de diamantes y esmeraldas que Napoleón Bonaparte obsequió a su esposa María Luisa. El asalto se concretó entre las 09:30 y las 09:40, pocos minutos después de la apertura al público. Los asaltantes utilizaron un camión con plataforma elevadora para ingresar por una ventana de la Galerie d’Apollon, rompieron vitrinas y huyeron en motocicletas tras amenazar a los guardias. El museo anunció que permanecería cerrado este lunes mientras continúan las investigaciones.
El Ministerio de Cultura informó que el personal siguió el protocolo de seguridad al activarse las alarmas, aunque los delincuentes alcanzaron a sustraer piezas que contenían miles de diamantes y piedras preciosas. Entre los objetos robados se encuentran una tiara de la emperatriz Eugenia con casi 2.000 diamantes, un collar de la reina María Amelia con ocho zafiros y 631 diamantes, y una corona de plata con incrustaciones de gemas azules.
El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, reconoció fallas en los protocolos “ya que alguien pudo aparcar una grúa para muebles en pleno centro de París y subir a ella en pocos minutos para llevarse joyas de valor incalculable”.
Macron calificó el hecho como un ataque al patrimonio cultural francés
El presidente Emmanuel Macron calificó el hecho como “un ataque a un patrimonio que apreciamos porque es nuestra historia”. Nathalie Goulet, integrante de la comisión de Finanzas del Senado, sostuvo que el episodio “es muy doloroso” y expresó su desconcierto ante la facilidad con que se concretó el robo. Afirmó que “tenemos que esperar a la investigación para saber si la alarma estaba desactivada” y advirtió que, si las joyas son fragmentadas, podrían “utilizarse en un sistema de lavado de dinero”.

El especialista Chris Marinello, director ejecutivo de Art Recovery International, advirtió que, si no se captura a los ladrones en las próximas 24 o 48 horas, las joyas “probablemente desaparecerán para siempre”. Explicó que las piezas robadas “no las van a conservar intactas, las van a romper, fundir el metal valioso, recortar las piedras preciosas y ocultar las pruebas de su delito”. Según Marinello, “puede que atrapen a los delincuentes, pero no recuperarán las joyas”.
No había cámaras donde se produjo el robo en el Louvre
Medios franceses informaron que una evaluación preliminar del Tribunal de Cuentas, que se publicará en noviembre, detectó que un tercio de las salas del ala donde se produjo el robo carece de cámaras de vigilancia. Este dato se conoció tras las declaraciones del ministro Darmanin, quien reconoció que los protocolos de seguridad “fallaron” e insistió en que la policía “acabará deteniendo a los ladrones”.
Ante la magnitud del hecho, el ministro del Interior, Laurent Nuñez, convocó una reunión con la policía y varios ministros para reforzar la seguridad en museos y sitios culturales. Nuñez admitió la “gran vulnerabilidad” de las instituciones culturales del país y sostuvo que se tomarán medidas urgentes para evitar nuevos episodios similares. Según fuentes del Ministerio del Interior a la BBC, el operativo de búsqueda se centra en rastrear las motocicletas utilizadas por los delincuentes y los canales de venta ilegal de joyas en Europa.