Cada vez más especialistas coinciden en que la salud mental debe ocupar un lugar central en el deporte, al mismo nivel que la preparación física o técnica. La propuesta apunta a integrar la gestión emocional en los entrenamientos, generar espacios de diálogo y contar con el apoyo de instituciones y profesionales para reducir la presión que enfrentan los atletas y, a la vez, mejorar su rendimiento.

La magíster en Neuropsicología Educativa, Sara Adorno, advirtió que el ambiente deportivo puede potenciar las exigencias personales de los jugadores. “El deportista suele ser competitivo, autoexigente y autocrítico, no soporta el error y muchas veces no logra manejar la frustración”, explicó.
A esto se suma la presión de los entrenadores, de las instituciones deportivas y de contratos que están en juego. Según señaló, la combinación de todos estos factores genera un nivel de tensión que impacta directamente en la salud mental.
La salud mental juega un papel importante para los deportistas
Para revertir esa situación, Adorno planteó un abordaje integral. Recomendó tener en cuenta los cuatro pilares del entrenamiento: táctico, físico, técnico y psicológico. “Cuando hablo de lo psicológico no me refiero solo al rendimiento cognitivo aplicado al deporte, sino también a la gestión emocional”, subrayó.
La especialista también hizo un llamado a los entrenadores para que incorporen espacios específicos en su planificación. A su criterio, sería fundamental destinar unos 40 minutos semanales para trabajar cuestiones relacionadas con las emociones, el manejo de la frustración y el control de la ansiedad.

En cuanto a las instituciones deportivas, sostuvo que deben comprometerse con esta nueva mirada. Señaló que es clave concientizar sobre la importancia de la salud mental, además de sumar a profesionales especializados dentro de los equipos de trabajo. “Contar con planteles capacitados para abordar esta temática es una necesidad urgente”, concluyó.