Este fin de semana, un ataque a la sede de la Unión Cívica Radical (UCR) generó polémica en el ámbito político argentino. La oficina del senador Martín Lousteau fue forzada por un grupo de individuos que, sin robar nada, destrozaron mobiliario, computadoras, papeles y archivos, ante lo cual Javier Milei usó sus redes sociales para insinuar que el hecho podría estar relacionado con temas universitarios y con la negativa de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Este fin de semana, un ataque a la sede de la Unión Cívica Radical (UCR) generó polémica en el ámbito político argentino. La oficina del senador Martín Lousteau fue forzada por un grupo de individuos que, sin robar nada, destrozaron mobiliario, computadoras, papeles y archivos, ante lo cual Javier Milei usó sus redes sociales para insinuar que el hecho podría estar relacionado con temas universitarios y con la negativa de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El ataque ocurrió en la madrugada del sábado, cuando al menos cinco personas ingresaron a la oficina de la UCR en Buenos Aires. En las imágenes de las cámaras de seguridad se observa cómo los atacantes forzaron el ingreso a la sede. De acuerdo con el comunicado emitido por la UCR, uno de ellos se quedó en la vereda vigilando, mientras el resto se dedicó a causar destrozos en el interior del edificio. Los registros visuales capturaron la escena y el modus operandi de los intrusos, aunque la identidad de los responsables aún no se ha esclarecido. La UCR condenó el hecho y pidió una rápida investigación para identificar a los culpables.
X: Milei sugiere una maniobra de Lousteau
Sin embargo, lo que inicialmente parecía un simple acto vandálico adquirió un matiz político luego de las declaraciones de Milei en la plataforma X (antes Twitter). El mandatario insinuó que el episodio podría haber estado dirigido a “destruir evidencias” y se refirió a Lousteau con un tono desafiante, sugiriendo que el ataque podría tener relación con su vínculo con el ámbito universitario. “Tremenda casualidad. Justo cuando la UBA se niega a que le hagan las auditorías, a 125 [en referencia a Lousteau] le entran en la oficina a destruir evidencia que podría tener la marca de sus dedos… ¡Ciao!”, escribió en su red social.
Las palabras de Milei sobre Lousteau desataron una ola de reacciones y cuestionamientos. Muchos interpretaron sus comentarios como una insinuación de que el ataque podría haber sido una maniobra interna de la UCR o una estrategia para proteger intereses específicos. La acusación implícita fue recibida con escepticismo por varios sectores, ya que Milei no presentó pruebas que sustenten sus teorías. No obstante, el revuelo generado subraya el clima de polarización que atraviesa el país, donde las disputas políticas y las acusaciones entre los partidos escalan rápidamente a un nivel de confrontación pública.
Qué habían dicho desde la UCR
Desde la UCR, el Comité Nacional describió el hecho como un “ataque inédito” y llamó a las autoridades a actuar con rapidez para identificar y sancionar a los responsables. A su vez, Lousteau aún no ha emitido una respuesta directa a las insinuaciones de Milei, aunque el comunicado oficial de la UCR repudia el acto y lo considera una violación de sus derechos.
El suceso también pone de relieve una posible conexión entre el ámbito político y la educación pública, una cuestión recurrente en el discurso de Milei. Las auditorías en universidades, especialmente en la UBA, son un tema polémico, con debates sobre la necesidad de mayor transparencia versus la autonomía universitaria. La sugerencia de que el ataque a la UCR se vincule a esta cuestión ha carece por el momento de pruebas, aunque sí avivó el debate sobre la posible politización del sistema universitario.
En un contexto en el que las redes sociales se han convertido en una herramienta habitual de declaraciones públicas, los comentarios de Milei sobre Lousteau reflejan cómo la política argentina sigue marcada por enfrentamientos intensos. Este ataque y la respuesta del presidente ponen de manifiesto las tensiones que atraviesan el ámbito político, con líderes que no dudan en plantear sospechas y acusaciones en un espacio digital donde sus palabras llegan a miles de seguidores.
La investigación sigue su curso, mientras el país observa expectante los próximos pasos de las autoridades y las eventuales repercusiones políticas de este incidente.