Su doctorado y postdoctorado estuvo bajo la dirección del investigador Jorge Quarleri en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (Inbirs) de la Facultad de Medicina de la Universidad Buenos Aires (UBA). Actualmente se encuentra en pleno desarrollo del test para detectar Covid-19, por lo que hizo un paréntesis en su investigación sobre dengue y zika, proyecto al que se había unido en 2019 y está a cargo del Laboratorio de Virología Molecular de Andrea Gamarnik en la Fundación Instituto Leloir.
El científico misionero, a modo de presentación explicó: “Hoy en día nos encontramos desarrollando un test serológico contra el virus Sars-Cov-2 que genera la enfermedad Covid-19 y busca saber si una persona está o estuvo infectada con este virus”.
“Lo que buscamos son anticuerpos que generan las personas que estuvieron expuestas, cuando el virus infecta a los humanos deja una huella que podemos detectar a través de su sistema inmune”, agregó.
Asimismo, indicó: “En tiempo récord, un mes, generamos este test que es nuevo y lo desarrollamos íntegramente científicos argentinos, pudimos determinar la secuencia a través de ingeniería genética con datos de diferentes publicaciones e información de internet”.
Respecto del método de trabajo utilizado, detalló: “Luego clonamos y pudimos obtener las proteínas virales en el laboratorio, meterlas dentro de una placa y cuando le colocamos el suero de los pacientes, este suero que tiene anticuerpos va a reconocer esas proteínas virales, luego con otro método nosotros podemos detectar esos anticuerpos humanos”.
Respecto de la posibilidad de que alguna persona que se haya enfermado no haya desarrollado anticuerpos, el científico misionero especificó que “es un tema en discusión actualmente”.
En este sentido, Ojeda explicó que los virus mutan permanentemente y generan muchas variantes (cepas). “Hasta el momento no podemos estar seguros de las características de cada una de ellas, nosotros trabajamos con información general y nuestro test es para todas las variantes”.
“En principio podemos decir que este virus no es tan letal, pero tiene una capacidad de propagación ejemplar, entonces tiene un balance único que también estamos investigando”, sostuvo. Además destacó que en otros países como Estados Unidos, Inglaterra o Alemania “están en el mismo nivel de investigación que nosotros”.
El equipo de investigación surgió del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación en el marco del Proyecto Covid-19, donde se delinearon diferentes grupos y objetivos de trabajo.
Ojeda forma parte de uno de ellos, el que está abocado a la detección de anticuerpos, que está compuesto por cinco investigadores jóvenes liderados por la viróloga Gamarnik e integrantes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
En este equipo de investigación se está trabajando con tiempos desconocidos para la ciencia por la premura que exige la pandemia.
“Nosotros ya cumplimos el primer objetivo, que era poner a disposición del sistema sanitario un test serológico que ya está circulando en los hospitales de la ciudad de Buenos Aires, seleccionamos algunos centros con mayor cantidad de casos y les dimos algunos kits para que comiencen a testearlos y eso nos va a servir a nosotros para validar éste método”, mencionó el joven.
“El próximo objetivo será utilizar este método serológico para determinar que pacientes que hayan finalizado la infección y ya no tienen virus en su cuerpo, pueden ser potenciales dadores para la transferencia de su plasma a otros pacientes que necesitan con urgencia tener una transfusión de ese plasma”, adelantó.
En este marco, resaltó que hoy en día el antídoto más eficiente a nivel mundial es la transfusión de plasma de pacientes que se curaron y que tienen un nivel de anticuerpos muy elevado, lo que puede ayudar a resolver la infección a pacientes graves
Más allá del laboratorio
A pesar de extrañar mucho Misiones, Diego reconoció: “Estar ahora en Buenos Aires me da la oportunidad de estar en contacto con personas muy valiosas como la doctora Gamarnik, directora del laboratorio y viróloga, una oportunidad única”.
Comentó además que tiene un hijo con su esposa, Yésica Longueira, quien es la directora científica de un biobanco y le provee las muestra para la investigación.
“La persona clave de todo este proceso es mi hermana, la que me cuida a Leónidas (su hijo), son de Puerto Rico también y lo que hace es invalorable. Sin ella y su familia no podríamos seguir este proceso, hacen una tarea formidable, son parte del equipo”, expresó orgulloso.
Diego cuenta cada detalle de su experiencia con entusiasmo, su fascinación por la ciencia, por los vericuetos de la investigación viral y por ser parte de la historia reciente y probablemente de la futura.
Fuente: El Territorio