Misterio en Neuquén: buscan a un ciudadano ruso que dice ser enviado de Dios y que desapareció con su hijo

Se trata de Kilin Adrián Zaitsev, de 43 años, fue productor de frutas y verduras orgánicas en la localidad neuquina de Añelo y habría estado preso en Bolivia por violencia de género; la policía hace rastrillajes por agua y tierra

Kilin Adrián Zaitsev es un ciudadano ruso de 43 años. Vivió en Uruguay y fue productor de sandias y verduras orgánicas a orillas del río Neuquén en las cercanías de la localidad de Añelo. En Bolivia habría estado preso por violencia de género, país donde comenzó a presentarse como enviado de Dios. Desde ayer a la madrugada es buscado por la Policía de Neuquén por tierra y agua después de que se presentara una denuncia que se llevó a Erik, su hijo de ocho años que vivía con la familia de su exmujer.

Así lo informaron a LA NACION fuentes de la Policía de Neuquén, a cargo de la búsqueda de Zaitsev y del niño. “El rastrillaje se hace a la vera sur y norte del Río Neuquén en una línea recta de 25 kilómetros”, explicaron los voceros consultados.

La denuncia de la desaparición del niño fue hecha ayer a las 0.40 por una tía del menor. “La guarda del menor la tiene la familia de la madre, desde que la mujer se fue a vivir a Bolivia”, agregaron los informantes.

Zaitsev se habría presentado en la casa que vivía su hijo anteayer a las 16.30. “La sospecha es que andaba a caballo”, explicó a LA NACION el director de Seguridad de Añelo, comisario inspector Claudio Vinet, a cargo del operativo de búsqueda.

La sospecha de que el ciudadano ruso andaba a caballo cuando desapareció con su hijo porque un poblador de la zona denuncia que le había desaparecido un animal.

“Hacía años que Zaitsev no estaba en la zona. Sabemos que se había ido a Bolivia donde habría estado preso. La sospecha es que tendría problemas psiquiátricos y dice ser un mesías, un enviado de Dios”, dijo una fuente de la investigación.

En los operativos de rastrillaje participan más de 50 policías, perros adiestrados en búsqueda y un helicóptero.

Hace seis años, el diario La Mañana de Neuquén entrevistó a Zaitsev. La nota fue titulada “Los rusos que curan males y cultivan en Vaca Muerta”.

“Somos como perlitas perdidas y hasta en Rusia nos miran como si fuésemos de museo”, le dijo en ese momento Zaitsev al periodista Adriano Calalesina. En la entrevista se contó sobre la comunidad que vivía Isla de la Vanguardia en una zona de 80 hectáreas donde producían sandias y verduras orgánicas.

Zaitsev también, según la nota, estudiaba kinesiología. “Algunos de los conocimientos de fisioterapia me vienen desde chico. En mi casa se acomodaba el cráneo a la gente, se las centraba. Eso viene de la guerra”, dijo en la entrevista.LA NACION