Netanyahu evalúa adelantar las elecciones en Israel tras el alto el fuego con Irán

Dia uno
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Benjamin Netanyahu analiza convocar a elecciones anticipadas en Israel, alentado por el repunte de su popularidad tras el ataque al programa nuclear iraní y el alto el fuego alcanzado con mediación de Donald Trump. Busca fortalecer al Likud, pactar con Arabia Saudita y evitar concesiones a los ultraortodoxos.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, considera convocar elecciones anticipadas impulsado por el repunte de su imagen tras los recientes ataques contra el programa nuclear de Irán y el establecimiento de un frágil cese el fuego, negociado bajo la influencia del expresidente estadounidense Donald Trump. Según medios locales, la estrategia apunta a capitalizar el respaldo popular y fortalecer al partido Likud en el Parlamento, debilitando así la dependencia de sus socios ultraortodoxos y de extrema derecha.

Aunque la guerra en Gaza continúa generando tensiones internas y mantiene rehenes israelíes en manos de Hamas, la exitosa operación militar contra instalaciones iraníes revitalizó el liderazgo de Netanyahu. Cercanos al primer ministro revelaron que se analiza aprovechar esta coyuntura para adelantarse a las elecciones previstas para octubre de 2026, siempre que el cese el fuego con Teherán se sostenga.

Netanyahu también buscaría relanzar las negociaciones para un acuerdo de normalización con Arabia Saudita, interrumpidas tras el ataque de Hamas en octubre de 2023. El primer ministro considera que un acercamiento con Riad podría fortalecer la posición geopolítica de Israel frente a Irán, además de presentarse como una carta fuerte ante el electorado.

Sin embargo, sectores de la oposición ven con preocupación este giro electoral. Darío Teitelbaum, secretario general de la Unión Mundial de Meretz, advirtió: “Las dinámicas de conflicto muchas veces consolidan liderazgos desde la lógica del miedo. Israel necesita una transformación profunda en su liderazgo político y ético”.

El programa nuclear iraní, blanco de los ataques israelíes, habría sido dañado de forma significativa según fuentes militares, aunque no existen confirmaciones independientes. Washington, bajo liderazgo republicano, acompañó la ofensiva y logró una tregua con Teherán que aún es frágil. Para Netanyahu, este es un momento propicio para reforzar su proyecto de evitar la creación de un Estado palestino y reafirmar la seguridad nacional como eje de su campaña.

En el plano interno, Netanyahu enfrenta presiones por el debate legislativo sobre la obligatoriedad del servicio militar para los estudiantes ultraortodoxos. El Tribunal Supremo dictaminó que deben ser incorporados al ejército como el resto de la ciudadanía, lo que tensó la relación con los partidos religiosos de su coalición, Shas y Judaísmo Unido de la Torá. Ambos amenazaron con abandonar el gobierno si avanza la ley, mientras crecen las protestas de la sociedad civil que reclama equidad en tiempos de guerra.

La cuestión del presupuesto y los desafíos económicos derivados del prolongado conflicto en Gaza también suman obstáculos a su gestión. Con la Knesset trabada y un escenario presupuestario adverso, el llamado a elecciones anticipadas podría servirle a Netanyahu para formar una nueva mayoría con menor peso de las minorías religiosas, lo que le permitiría avanzar con reformas pendientes.

Una encuesta reciente del Canal 13 reveló que el Likud obtendría hoy 27 bancas, tres más que en la actualidad, lo que le devolvería la condición de primera minoría, aunque aún sin mayoría propia. En este contexto, el veterano líder israelí evalúa dar el paso y redefinir el mapa político de su país.

Teitelbaum insistió en que “si se concreta un cese del fuego, debería ser entendido no como una oportunidad para capitalizar políticamente, sino como un momento de inflexión”. Para la izquierda israelí, la prioridad debe ser la paz duradera y la reconstrucción democrática, y no nuevos ciclos de confrontación usados con fines electorales.

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