El Gobierno de Nicaragua anunció este jueves que reproducirá la vacuna Sputnik V, desarrollada por Rusia para enfrentar la pandemia de coronavirus, que en el país ha dejado 128 muertos y 4.115 casos confirmados, cifras que sin embargo son rechazadas por los gremios médicos y científicos, que sostienen que los números reales son mucho más abultados.
Las autoridades nicaragüenses hicieron el anuncio luego de que un equipo de funcionarios estatales se reuniera en una teleconferencia con el director del Instituto de Vacunas y Sueros de San Petersburgo, Victor Trujin, y con el gerente del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Méchnikov, con sede en Managua, Stanislav Uiba, para coordinar tareas.
En la reunión, las partes intercambiaron ideas «sobre las acciones que se estarán llevando a cabo en los próximos meses de cara a la futura producción en Nicaragua de la vacuna contra la Covid-19, que ha sido desarrollada y registrada por el Gobierno de la Federación de Rusia», indicó el Ejecutivo nicaragüense, en una declaración.
El Gobierno de Nicaragua sostuvo que la cooperación rusa permitirá que el país centroamericano cuente «con la producción de vacuna contra la Covid-19, tanto para su distribución local como internacional».
Managua ya había mostrado su interés en reproducir y exportar la Sputnik V, desde que Moscú anunció su elaboración, gracias a las buenas relaciones entre los presidente Daniel Ortega (Nicaragua) y Vladimir Putin (Rusia), y a la existencia del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Méchnikov, en la capital nicaragüense, reportó la agencia de noticias EFE.
Ayer el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), principal patronal de Nicaragua, mostró sus dudas sobre el acceso inmediato a la vacuna rusa en el país centroamericano, debido a que «no hay certeza de su seguridad y efectividad», y a que el Gobierno podría cobrar un alto precio en dólares por la dosis.
Hasta ahora el Gobierno de Nicaragua admite que la pandemia de Covid-19 ha dejado 128 muertos y 4.115 casos confirmados, pero los gremios médicos y científicos han insistido a las autoridades en que brinden los «datos reales» sobre el impacto, que creen es ampliamente superior.
Fuente: Telam