Los tratamientos para la reducción de arrugas utilizando la famosa toxina botulínica o Botox, se han vuelto muy populares en varios institutos dermatológicos y también en clínicas de reducción de peso, aunque parezca increíble, se ha utilizado en procedimientos gástricos.
Sin embargo, cuando este producto viene contaminado o si no se aplica en la dosis correcta, podría generar severas repercusiones en los pacientes, por lo que es importante tener las medidas sanitarias para su aplicación y monitoreo.
Recientemente se ha reportado un brote de intoxicación botulínica en dos hospitales privados en Türkiye (Turquía, un país europeo) donde los pacientes se sometieron a un procedimiento médico destinado a ayudarlos a perder peso.
¿Qué es el botox y para qué sirve?
El Botox es el nombre comercial de una toxina llamada toxina botulínica. Se trata de una proteína producida por la bacteria Clostridium botulinum. Aunque esta bacteria puede causar una enfermedad llamada botulismo, la toxina botulínica se utiliza en dosis muy pequeñas y diluidas para varios fines médicos y estéticos.
El Botox es ampliamente conocido por su uso en el campo de la medicina estética para reducir temporalmente las arrugas faciales. Se utiliza principalmente para tratar las arrugas dinámicas, que son las arrugas causadas por los movimientos repetitivos de los músculos faciales, como las arrugas del entrecejo, las patas de gallo alrededor de los ojos y las líneas de la frente. El Botox actúa bloqueando temporalmente los impulsos nerviosos en los músculos inyectados, lo que hace que los músculos se relajen y disminuyan la apariencia de las arrugas.
Además de su uso estético, el Botox también tiene una variedad de aplicaciones médicas. Se utiliza para tratar condiciones como el blefaroespasmo (espasmos involuntarios de los párpados), la distonía cervical (contracciones musculares en el cuello y los hombros) y la hiperhidrosis (exceso de sudoración). También se ha utilizado para aliviar migrañas crónicas, el estrabismo (desalineación de los ojos) y los espasmos musculares en personas con parálisis cerebral.
Brote de casos de parálisis por Botox en pacientes
A pesar de que no se han reportado muertes, algunos de los casos más graves de los pacientes que fueron administrados con Botox, fueron llevados a terapia cuidados intensivos.
En los casos más “leves”, el Botox puedes causar visión borrosa o doble, náuseas, diarrea o dificultad para hablar. Si el envenenamiento es severo, se puede bloquear la respiración y llegar a la muerte en el 5 al 10% de los casos.
De acuerdo con el informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), hasta el momento se han reportado un total de 67 casos de botulismo, la mayoría en Turquía, con 12 pacientes en Alemania, uno en Austria y otro en Suiza.
En la última actualización de información disponible, se sabe que todos los pacientes tuvieron procedimientos médicos enfocados a reducir peso, las cuales se realizaron entre el período del 22 de febrero al 1 de marzo de 2023.
De 63 casos que se reportaron y se cuenta con información disponible, 60 casos están vinculados en un hospital privado de Estambul y los otros 3 casos a un hospital privado de Izmir de Turquía.
Recomendaciones
De acuerdo con el ECDC, se recomienda que los pacientes que han viajado a Estambul e Izmir para recibir tratamiento con BoNT intragástrica entre el 22 de febrero y el 1 de marzo de 2023, busquen consulta médica de su proveedor de servicios de salud, especialmente si experimentan síntomas como debilidad, dificultad para respirar o tragar.
Además, el ECDC recomienda a los ciudadanos de la UE/EEE que eviten los tratamientos intragástricos con BoNT para la obesidad en Turquía, ya que actualmente se asocia con un riesgo significativo de desarrollar botulismo. Actualmente todavía no está claro si este evento representa un problema terapéutico o de procedimiento en los hospitales involucrados, o si hay un problema con el producto administrado.
Este informe fue publicado en la página oficial del ECDC de Europa.