¿Por qué son tan frecuentes los abortos en el primer trimestre de embarazo?

Dia uno
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Recientemente se ha conocido el aborto espontáneo de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Este incidente pone de manifiesto la frecuencia con la que se producen abortos en el primer trimestre del embarazo.

¿A qué se debe esta realidad?

Es importante destacar que aproximadamente el 15% de los embarazos terminan en aborto espontáneo durante el primer trimestre. Esta cifra aumenta hasta el 25% en mujeres de 30 a 40 años, y llega al 50% en mujeres mayores de 45 años.

Considerando que Isabel Díaz Ayuso tiene 44 años, no resulta sorprendente que haya experimentado un aborto espontáneo. Sin embargo, esto no resta tristeza a la situación.

¿Pero por qué ocurren tantos abortos en esta etapa inicial del embarazo?

Factores que influyen en los abortos espontáneos en el primer trimestre

Es evidente que la edad de la madre es uno de los factores que influyen en la probabilidad de un aborto espontáneo. No obstante, existen muchos otros factores, que van desde patologías anatómicas de la madre, como malformaciones uterinas, hasta infecciones o hábitos perjudiciales como el tabaquismo o el consumo de alcohol.

Durante el primer trimestre, el embrión aún es muy frágil y todas estas circunstancias pueden resultar fatales para su desarrollo.

En la mayoría de los casos, las causas de los abortos espontáneos en esta etapa temprana están relacionadas con anomalías cromosómicas.

Los seres humanos poseemos 46 cromosomas en todas nuestras células, pero durante la formación de las células sexuales (óvulos y espermatozoides), ocurre una división llamada meiosis, que reduce a la mitad el número de cromosomas.

Esta división es necesaria para que, al producirse la fecundación y fusionarse el óvulo y el espermatozoide, se forme el zigoto, que posteriormente se convertirá en el embrión y el feto.

Si las células sexuales tuvieran 46 cromosomas, el zigoto y el embrión tendrían 92 cromosomas en sus células. Por tanto, es esencial que ocurra la meiosis y que tanto el óvulo como el espermatozoide aporten únicamente 23 cromosomas cada uno.

A medida que el embrión se desarrolla, sus células se dividen mediante otro tipo de división llamada mitosis. En este proceso, los cromosomas se duplican y luego se dividen nuevamente a la mitad, de manera que las células puedan seguir dividiéndose manteniendo siempre los 46 cromosomas.

Si tanto la meiosis como la mitosis no se realizan adecuadamente, pueden producirse embriones con un número anormal de cromosomas. Algunos de estos embriones pueden llegar a término, como sucede en los casos de síndromes cromosómicos como el de Down, que se caracteriza por la presencia de un cromosoma extra.

Sin embargo, existen anomalías cromosómicas que impiden que el embrión se desarrolle adecuadamente y, en cierto sentido, se autodestruye. Esto ocurre con mayor frecuencia en el primer trimestre, lo que explica por qué es el momento en el que es más probable que se produzca un aborto espontáneo.

Aborto espontáneo cuando no hay un ambiente propicio para el embrión

Aproximadamente siete días después de la fecundación, el embrión se implanta en el endometrio, el tejido que recubre el útero. El endometrio se ha estado engrosando desde la ovulación para proporcionar un entorno adecuado para el embrión en caso de embarazo.

Aquí, el embrión continúa desarrollándose y se forman otras estructuras, como la placenta, que le brindan mayor protección y nutrientes. Sin embargo, existen condiciones en las que el útero no proporciona el ambiente necesario para el embrión.

Por ejemplo, si hay infecciones no tratadas, como algunas enfermedades de transmisión sexual, el ambiente uterino puede ser demasiado hostil para el desarrollo del embrión. Lo mismo ocurre si la madre tiene malformaciones uterinas que impiden el correcto asentamiento del embrión y su comunicación a través del cordón umbilical.

En algunos casos, el sistema inmunitario puede reconocer al embrión como un cuerpo extraño. En estas situaciones, se desencadena una respuesta inmunitaria similar a la que se produciría ante una amenaza real, lo que lleva a la destrucción del embrión.

En todos estos casos, el embrión sucumbe en las primeras semanas de desarrollo debido a su extrema vulnerabilidad.

Factores de riesgo y cómo reducirlos

Es importante tener en cuenta que la madre no es culpable de un aborto espontáneo. Es común sentirse culpable por no haber hecho algo correctamente, pero en realidad es algo que simplemente sucede y que, en la mayoría de los casos, no se puede prevenir.

No obstante, es posible reducir los factores de riesgo evitables. Hemos mencionado que la edad es un factor de riesgo, principalmente para la madre, aunque la meiosis de los espermatozoides también puede presentar más errores con la edad paterna.

Podría decirse que una forma de reducir el riesgo de aborto espontáneo es tener hijos a edades más tempranas, pero es evidente que esta no es una elección que siempre se pueda hacer, especialmente cuando las condiciones sociales y económicas representan un obstáculo.

Es posible tratar las infecciones, si las hubiera. Sin embargo, en muchos otros casos, no se puede hacer mucho para prevenir un aborto espontáneo.

No obstante, es posible mejorar algunos hábitos. Se ha demostrado que el consumo de alcohol y tabaco afecta al embrión, no solo durante el embarazo, sino también si la madre e incluso el padre son consumidores habituales. Por lo tanto, evitar estos hábitos perjudiciales puede contribuir en cierta medida a prevenir abortos espontáneos.

Pero, incluso tomando todas las precauciones posibles, ni Isabel Díaz Ayuso ni ninguna madre que experimente un aborto, ya sea en las primeras semanas o en las últimas, deben sentirse culpables si esto ocurre.

Es algo que simplemente ocurre y, ante la tristeza que experimenta quien lo sufre, solo podemos brindar apoyo y respetar su proceso de duelo.

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