Con la llegada del calor y a pocos días del inicio pleno del verano, la Municipalidad de Posadas avanza con el proceso de habilitación y control de natatorios en toda la ciudad. El ingeniero Pedro Mesa, director de Fiscalización de Seguridad y Contaminación Urbana, confirmó que actualmente ya son 34 las piletas habilitadas, entre clubes deportivos, complejos recreativos y natatorios más pequeños pertenecientes a hoteles o espacios terapéuticos.
Mesa explicó que cada establecimiento debe solicitar su apertura temporada tras temporada, mediante una nota formal en la que se detalla la fecha de inicio y fin de las actividades. A partir de ese trámite, el municipio entrega los requisitos que deben cumplirse, especialmente en materia de seguridad para los bañistas y estándares de calidad del agua.
Una vez presentada la documentación, los natatorios reciben una inspección inicial que evalúa tanto el estado del recinto como el de la pileta. Tras el visto bueno, y con la piscina ya cargada, el laboratorio municipal —a través de Bromatología y Calidad de Agua— realiza la toma de muestras obligatoria para determinar si el agua es apta para su uso.
“Durante toda la temporada la municipalidad puede realizar inspecciones y tomas de muestra sin aviso previo”, aclaró Mesa, subrayando la importancia de mantener condiciones estables más allá de la habilitación inicial.
Uno de los aspectos centrales es la seguridad. Mesa remarcó que es obligatorio contratar guardavidas, quienes deben tener la revalida anual aprobada. “Pedimos a los clubes que presenten el contrato del guardavida. Es indispensable que tengan la habilitación vigente”, explicó. Los cursos y capacitaciones municipales están destinados principalmente a instituciones deportivas, aunque existe la posibilidad de brindar charlas a otros sectores en caso de demanda.
En los últimos años se multiplicaron los quinchos y casas de alquiler con pileta, una tendencia que amplió el uso recreativo de natatorios privados. Si bien muchos de estos lugares no funcionan como clubes, Mesa advirtió que, cuando se habilitan como espacios de eventos, también deben cumplir con las normativas. “La responsabilidad debe estar plasmada tanto en el propietario como en quienes alquilan. Además de la seguridad y la calidad del agua, hay que respetar el entorno y la convivencia con la comunidad”, señaló.
Aunque algunos natatorios tradicionales decidieron no abrir este año, el municipio espera que la cifra de habilitaciones siga creciendo en las próximas semanas. “Los números pueden aumentar. Estamos a días del verano”, indicó Mesa.
La Municipalidad insiste en la importancia de que los establecimientos completen los trámites y mantengan condiciones adecuadas para evitar riesgos. Con temperaturas en ascenso y mayor afluencia de vecinos y turistas, el control de natatorios será una de las tareas centrales del área de Fiscalización en los meses que vienen.